Finding Neverland
Dir: Marc Forster | 106 min. | Reino Unido – EE.UU.
Intérpretes:
Johnny Depp, Kate Winslet, Julie Christie, Radha Mitchell, Dustin Hoffman, Freddie Highmore.
Estreno en Perú: 17 de febrero 2005
Una de las candidatas a la codiciada estatuilla de la academia de ciencias y artes cinematográficas de Hollywood de 2005 ha sido esta extraña película biográfica, agrupada dentro de esos proyectos de cierto “peso” que suelen rondar por los oídos del respetable como muestra de buen cine.
La historia nos introduce en la vida del excéntrico James Barrie (escritor británico de comienzos del siglo XX interpretado por un acertado Johnny Depp) y como se gestó su más conocida creación: Peter Pan. La película se concentra justamente alrededor de la fuente de inspiración de su obra, que en la película tiene la apariencia de la adorable Sylvia Llewelyn Davies (Kate Winslet) y sus pequeños hijos.
El alunado protagonista aburrido del mundo de convenciones y ajustados gestos y ceremonias de la sociedad victoriana encontrará su país de nunca jamás junto a esta simpática familia, quienes llenarán su existencia y las baterías de su inspiración. Como en la obra de su vida la idea del film es presentarnos un mundo de contradicciones. Este niño mental se niega a crecer mientras que va encariñándose de los pequeños Davies en especial de Peter (Freddie Highmore) que es en oposición un niño desesperado por crecer y desconfiado del mundo inocente y despreocupado de su edad.
Precisamente aquí es donde la película nos presenta algunos elementos realmente interesantes. El mundo de fantasía en el que vive Barrie, que alcanzará su clímax en el encuentro con la familia Davies, enfrentando el carácter conservador de la época. Aquí el film daba para un difícil y tal vez crudo retrato obsesivo de un creador conflictivo (por ejemplo los rumores acerca de la pedofilia que se insinúan en algún momento). Alrededor de su oasis se teje una maraña o toda una cortina de incomprensión y desconfianza encabezada por la madre de Sylvia (la gran Julie Christie) ó por su propia esposa (Radha Mitchell).
Pero ese lado oscuro y mágico a la vez no llega a definirse nunca. El director Marc Forster (Alemania, 1969) opta por el camino más fácil traicionando así sus pretensiones. El acercamiento mágico y logrado del comienzo se convierte en un pequeño melodrama que se vuelve excesivamente amable, en lugar de las salas de arte termina apuntado al público infantil. Es por ello que uno sale del cine con la impresión de haber visto una de esas películas de tarde dominguera que pasan por televisión. Forster arranca bien pero pierde el paso rápidamente algo que ya le había ocurrido en su película anterior Monster’s Ball.
Jorge Esponda.
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