Walk the Line
Dir. James Mangold | 136 min. | EE.UU.
Intérpretes:
Joaquin Phoenix (John R. Cash)
Reese Witherspoon (June Carter)
Ginnifer Goodwin (Vivian Cash)
Robert Patrick (Ray Cash)
Dallas Roberts (Sam Phillips)
Estreno en Perú: 16 de febrero de 2006
No es necesario conocer al detalle el largo recorrido musical de Johnny Cash para comprender su estatus de ícono de la cultura estadounidense. De la misma manera que no es necesario haber visto demasiados biopics para darse cuenta que Walk the Line tan sólo logra formar parte del grueso de este género, aquellos trabajos convencionales, episódicos y con poca inspiración.
Las comparaciones con el Ray de Taylor Hackford, estrenada más o menos por esta misma época el año pasado, saltan a la vista. Nos queda claro que Walk the Line logró finalmente realizarse gracias, en parte, al éxito que tuvo la película sobre Ray Charles. En Hollywood siempre rige la ley de la fórmula que da resultados, y una fórmula bastante vieja que se podría resumir así: éxito – caída – redención de un personaje con pasado doloroso, presente inestable y futuro promisorio.
Joaquin Phoenix, como Jaime Foxx en Ray, se apodera de manerismos, gestos y rostros por demás conocidos y reconocidos. Cash, al igual que Charles, colaboró con los realizadores de la película, dándoles así la venia de su aprobación. Igualmente, ninguno de ellos pudo ver el producto final.
Ya entrando en materia, las similitudes no hacen más que aumentar. Ambas películas cuentan la historia de un humilde sureño, cuya niñez durante los años de la Gran Depresión se ve marcada por la pérdida del hermano, hecho que lo perseguirá toda la vida con un sentimiento de culpa. Ambos encuentran una traicionera amiga en la adicción, Ray en la heroína, Johnny en las pastillas de prescripción, que se origina durante largas giras en autobús. Adicción que les costará la libertad y/o la familia. A ambos se les acercan un número envidiable de mujeres, pero ninguno desistirá en sus intentos por conquistar a una en particular. Y así, un largo etcétera une estas dos historias, sin lograr salir del molde que se les ha impuesto.
Pero lo que finalmente hace diferente a Walk the Line es que no se desarolla principalmente en torno a la creación musical, al origen de tan emblemáticos temas. Si bien conocemos la génesis de canciones como «Folsom Prison Blues» o «Ring of Fire», Walk the Line es primeramente una historia de amor. O al menos eso es lo que intenta ser. Una historia de amor entre Johnny Cash y June Carter (Reese Witherspoon), la cantante que él perseguirá por largos años a pesar de estar casado con una mujer cuya única aspiración es tener una vida familiar de clase media. June, una actriz carismática y llena de energía, vivirá divorcios y presiones propias de haber nacido y ser miembro de una familia de la industria del entretenimiento, pero gran parte de estos hechos suceden fuera de cámara, restándole minutos a la agradable presencia de Witherspoon, quien está mucho mejor que en recientes y desafortunados papeles.
Por su parte Joaquin Phoenix, a pesar de ser un buena elección para el papel, logra sólo por momentos caracterizar plenamente a Cash, sobretodo en la segunda mitad del film, cuando un Johnny más adulto y más seguro de su presencia en los escenarios, se mueve al ritmo de la música, con la cabeza ladeada y los hombros apretados. Vale el esfuerzo de Phoenix por interpretar él mismo las canciones. Difícil tarea, por no decir imposible, querer igualar al original. Sus momentos menos afortunados son aquellos que le obligan a ponerse el traje del adicto descorazonado que, cual caballo descarrilado, hace destrozos por doquier.
Como decía al inicio, Johnny Cash es una leyenda y de seguro, una estrella de su nivel merece una película a su altura, mucho más de lo que Walk the Line ha logrado.
Laslo Rojas
» Lee también la crítica de Johnny & June escrita por Jorge Esponda.
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