Acabo de salir de la función de las 3:00 p.m. en la Sala Azul del CCPUCP totalmente desconcertado. Y con lo que me costó llegar a tiempo. (Ni siquiera intenté llegar a la función de Capote al mediodía. Quien me habrá mandado a comprar una entrada para domingo a esa hora). Pero como decía, sí llegué a tiempo a la proyección del documental uruguayo Cerca de las nubes, de Aldo Garay, de quien viéramos el largo de ficción La espera en una edición pasada del Festival ElCine. Aquella cinta me dejó una buena impresión de lo que la cinematografía uruguaya puede ofrecer más allá de la ex dupla de los capos Rebella y Stoll.
Entonces, ya en la sala esperaba el inicio de la proyección, cuando se dio lo inesperado: parecía que había un pequeño error en la cinta. Sí, porque definitivamente era una proyección desde una cinta magnética, no celuloide ni DVD, sino una cinta. Unas barras ‘ensuciaban’ la imagen, como los que solía ver en mi viejo VHS con los cabezales sucios. «Será cuestión que lo ajusten», pensé. Nada. A los pocos segundos el malestar fue general cuando notamos que la cinta estaba corriendo a una velocidad superior a la normal, parecía como si el proyeccionista hubiese apretado el botón x2 en el reproductor.
Aún seguían pasando los créditos iniciales a esta inusual velocidad cuando la programadora del festival, quien se encontraba en la sala, salió rápidamente a intentar arreglar el impase. Pero regresó segundos después para en voz alta darnos la mala nueva: ‘la copia que nos enviaron en Betacam ha venido con este error de origen, no podemos hacer nada para solucionarlo’, y prosiguió con la proyección como si nada. El público reaccionó tímidamente con algunos reclamos a media voz, unos pocos salieron de la sala en ese momento en señal de comprensible disgusto (luego, durante la proyección, lo harían otros más). Otros como yo sólo atinamos a sonreír por nuestra mala suerte. Tanto esfuerzo para que pase esto. Dudé entre salir y reclamar la devolución de la entrada o la reprogramación de la cinta, pero luego de pensarlo rápidamente decidí soportar los 74 minutos que duraba el documental, y ver que ocurría la terminar esta bizarra experiencia.
Las risas llegaban en los pocos instantes que el documental dejaba escuchar algún diálogo, sobretodo por las voces aceleradas de las mujeres. Es decir, todo efecto que debió tener este apacible documental fue cancelado por la pésima proyección. Aunque me queda la duda de por qué si la cinta iba a mayor velocidad la duración de la película terminó siendo la misma, 74 minutos. El acabose se dió sobre el final del documental, en el momento que los únicos subtítulos explicativos nos intentaron contar detalles claves de la vida de los personajes de la película. Aquellas barras que ‘ensuciaban’ la imagen cubrían las líneas de texto impidiendo su lectura. La gente salió maldiciendo y en busca de explicaciones. Al momento de escribir esta nota no hubo mayores explicaciones de parte de los responsables del festival. Lamentable episodio, realmente. Por respeto al público las copias deberían revisarse antes de proyectarlas.
Actualización 6:00 p.m.: Lucho me da algunas pistas de lo que podría haber pasado. La cinta en Betacam debe haber estado en la norma PAL, y el reproductor utilizado soporta sólo la norma NTSC lo que causa el desfase en la velocidad de las imágenes y en el tono de los sonidos. Felizmente (o lamentablemente) esta ha sido la única función programada para Cerca de las nubes, por lo que desde ya debería quedar fuera de la competencia oficial. Por cierto, la competencia de documentales no tendría premio del público, ya que no se repartieron las boletas para la votación respectiva.
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