Over the Hedge
Dir. Tim Johnson y Karey Kirkpatrick | 83 min. | EE.UU.
Intérpretes:
Bruce Willis (RJ), Garry Shandling (Verne), Steve Carell (Hammy), Wanda Sykes (Stella), William Shatner (Ozzie), Nick Nolte (Vincent), Thomas Haden Church (Dwayne), Allison Janney (Gladys), Eugene Levy (Lou), Catherine O’Hara (Penny), Avril Lavigne (Heather)
Estreno en Perú: 20 de julio del 2006
Un grupo de animalitos silvestres despierta del largo período invernal para caer con la sorpresa de que su bosque ya no existe como tal. Apenas subsiste como por arte de magia en medio de otro tipo de hábitat, el de las colonias suburbanas instaladas con todas las comodidades y la abundancia a costa de dejar a los antiguos y peludos inquilinos literalmente en la calle. Revelación de verse desplazado por las arrolladoras pisadas humanas ante las cuales, un mañoso mapache habrá de enseñarles el camino del triunfo en este nuevo mundo (el camino a la buena vida). Acaso para la supervivencia no cuentan las voluntades dóciles o sanas. Esta es la ingeniosa premisa que maneja esta cinta animada a la que se le agradece los ingredientes deliciosos y malévolos de la comedia negra manejados con ritmo y gracia.
La película gira en torno a la burla de la vida de clase media norteamericana, observada con asombro y temor desde afuera, por una pequeña comunidad necesitada pero unida. Hasta ella llegará la figura del aventurero dispuesto a salvar el pellejo si recolecta la fortuna más preciada: la comida chatarra y demás artilugios de la civilización. La criatura buscavidas decide entonces reclutar a puerco espines, zarigüeyas, una zorrillita y una hipercinética ardilla, todos ellos esforzados recolectores con la promesa del paraíso de las casas prefabricadas y los refrigeradores llenos, de lo que sea, pero llenos.
Así se inicia el aprendizaje de la tropa por el nuevo mundo y sus reglas de urbanidad y comodidad bajo señuelos hipnóticos en forma de galletas y con aroma a papitas. Contraste inevitable en este intercambio y que es manejado con preciso timing. Las veloces criaturas cada cual con diversas habilidades habrán rápidamente de disfrutar de las mieles del éxito de su cacería. RJ, el sabido mapache ganador de las simpatías de su público, habrá de enfrentarse entonces a la cada vez más creciente desconfianza del preocupado Verne, la tortuguita que ocupaba el liderazgo tal vez ante su disímil proveniencia con respecto al resto. Ambos representan las dos caras de una misma moneda, dos versiones distintas de enfrentar la necesidad.
El encargado de esta nueva cinta, Tim Johnson ya nos había demostrado anteriormente en Antz un buen manejo del humor y el ritmo. La eficacia de la película parte de esta rauda y certera observación de las usanzas de tantas comunidades de limpios y bellos hogares adictos a las barbacoas y a la TV. Casi parece recoger mucho del incisivo mundo burtoniano (el de Edward Scissorhands) a la hora de mostrarnos este choque monumental de los pequeños protagonistas ante este mundo de apariencias brillantes hasta lo imposible (muy buena la referencia a las actividades humanas alrededor del fast food).
Choque que se convierte rápidamente en guerra absoluta, declarada a muerte por la estridente presidenta de la asociación de vecinos y ejecutada por un estrafalario exterminador de plagas, cargado con los aparatos de última generación en el rubro (tal vez comprados vía telemercadeo). La burla absoluta es lo que define lo mejor de esta comedia que probablemente resulte más disfrutable a vista de adultos pero que definitivamente no puede dejar indiferentes a todos los espectadores de los más diversos tamaños, incluso a los locales bastante más asequibles a verse en este espejo si los colores de la animación los disimulan.
Sin llegar tampoco a las alturas de Shrek, las aventuras de idas y venidas a través de la banda de RJ , Verne y compañía nos dejan con un buen sabor de boca. Como para verla más de una vez y descubrir alguna otra burla ahí escondidita a nuestra vida de rutinas que recibe de pronto la comezón de una cosquilla traviesa.
Jorge Esponda
Deja una respuesta