Hierro 3 (2004)

Bin-jip
Dir. Kim Ki-duk | 88 min. | Corea del Sur – Japón

Intérpretes:
Lee Seung-yeon (Sun-hwa), Jae Hee (Tae-suk), Kwon Hyuk-ho (Min-gyu, esposo), Joo Jin mo (Detective Cho), Choi Jeong-ho (Funcionario de prisiones), Lee Dah-hae (Ji-eun), Park Dong-jin (Detective), Moon Sung-hyuk (Sung-hyuk), Park Jee-ah (Jee-ah)

Esta cinta cuenta la historia de un joven que ingresa a casas ajenas sabiendo que sus habitantes están ausentes. Nunca roba, duerme en sus camas, se alimenta y como retribución les arregla la casa, les lava la ropa o repara la avería de algún artefacto. En una de estas casas se encuentra con Sun-hwa, una antigua hermosa modelo que se casó con un tirano millonario que la maltrata. De este encuentro surge una relación silenciosa de confianza mutua, amor y complicidad, hasta que el destino los separa.

Voy a tratar de ser respetuoso con esta reseña, no solo por la trayectoria de este director coreano Kim Ki-duk si no porque mi primer contacto con este realizador ha sido más que satisfactorio.

No soy un crítico de cine (aunque intente fungirlo), soy tan solo un espectador que, en la comodidad e intimidad de uno mismo, intenta abstraerse e internarse durante hora y media, en la vida e historias de personajes ficticios, con la simple vocación de pasar un buen rato.

Pero hay peliculas como Hierro 3 que exigen del espectador promedio (como yo) ponerle un poco más de interés a las intenciones del director que a las imágenes, de tal manera que al final de la pelicula puedas hacer un paralelo entre lo visual y lo que se trató de reflejar en ellas.

Esta cinta cuenta la historia de un joven que ingresa a casas ajenas sabiendo que sus habitantes están ausentes. Nunca roba, duerme en sus camas, se alimenta y como retribución les arregla la casa, les lava la ropa o repara la avería de algún artefacto. En una de estas casas se encuentra con Sun-hwa, una antigua hermosa modelo que se casó con un tirano millonario que la maltrata, por lo que su vida se ha convertido en una cárcel de oro. De este encuentro surge una relación silenciosa de confianza mutua, amor y complicidad, hasta que el destino los separa.

Kim Ki-duk hace uso del silencio para transmitir sensaciones que son captadas fielmente por ul espectador cómplice de la relación entre el joven fantasma-terrenal y la madura ex modelo. Pero cuando hace uso de los diálogos es para darle fuerza a sus imágenes y añadirle tensión a esas escenas calmadas (en casi todas ellas, donde existen diálogos, se trata a la mujer como objeto, víctima de la violencia como del maltrato sexual).

Y es que esta película es una historia de almas torturadas y solitarias que se cruzan y que cuando son separadas, nuestro protagonista (magistralmente actuado por Hyun-kyoon Lee) encerrado en un sanatorio, intenta llegar a convertirse en un fantasma imperceptible para tratar de rescatar y vengar a su amada que se encuentra cautiva en la llamada cárcel de oro, conviviendo con un hombre al cual no ama. Él utiliza para dicho fin el 3-iron (palo de golf poco usado en el citado juego).

En síntesis, este primer acercamiento al trabajo de Kim Ki-duk ha sido arriesgado y trabajoso (incluso escribir esta reseña) , porque Hierro 3 no es una película fácil, requiere un doble esfuerzo en su visionado, pero el resultado final es ampliamente beneficioso para los amante del cine y que incluso, me obliga a revisar la filmografia de este estupendo director.

Pelicula para ver a oscuras y en silencio, en la fria soledad de un sofá con la sola presencia fantasmal del humo de un cigarrillo y de una buena taza de café.

Termino con un poema de Kim Ki-duk donde demuestra que es capaz de llevar en imágenes lo que escribe, los que vean la pelicula lo entenderán:

La casa vacía
Salgo de mi casa.
Mientras estoy fuera, alguien entra en mi casa vacía y se instala en ella.
Come la comida de mi frigorífico, duerme en mi cama, mira mi televisor.
Quizá porque se siente culpable, arregla mi despertador roto, lava la ropa, lo ordena todo
y luego desaparece,
Como si nadie hubiera estado allí…

Un día entro en una casa vacía.
Parece que nunca haya estado nadie,
así que me desnudo, me baño, preparo la comida, lavo la ropa,
arreglo una báscula de baño y juego al golf en el jardín de la casa.

En la casa hay una mujer desanimada, asustada y herida,
que no sale nunca y que llora. Le muestro mi soledad.
Nos entendemos sin decir ni una palabra, nos vamos sin decir ni una palabra.
Mientras elegimos una casa en que vivir, nos sentimos cada vez más libres.

En el momento en que parece que nuestra sed
de libertad se ha aplacado,
nos quedamos atrapados en una casa oscura.
Uno de los dos se queda en una casa hecha de nostalgia.
El otro aprende a convertirse en un fantasma
para esconderse en el mundo de la nostalgia.
Ahora que soy un fantasma, ya no siento deseos de buscar una casa vacía.
Ahora me siento libre de ir a la casa en la que vive mi amada y besarla.
Nadie sabe que estoy allí.
Excepto la persona que me espera. Siempre llega alguien para la persona que espera.
Llega, seguro… hasta para la persona que espera.
Este día del año 2004, alguien abrirá el candado que bloquea mi puerta
y me liberará. Confiaré ciegamente en esa persona
y la seguiré a donde sea sin que me importe lo que pueda suceder.
Hacia un nuevo destino.
Es difícil saber si el mundo en que vivimos es sueño o realidad.

Kim Ki-duk

Alex Guerrero

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