Aprovechando su presencia hace unas semanas en el 2º Festival «La noche de los cortos» pudimos conversar con uno de los productores de cine independiente más importantes de Argentina, Hugo Castro Fau. En el marco de aquel festival, él dictó el Seminario de Producción y Economía Cinematográfica, dado su estrecho vínculo con el cine peruano, y su creciente interés por la movida cinematográfica en nuestro país. Castro Fau es un férreo crítico de la manera en que los Estados de la región encaran la problemática cinematográfica, y está presto a aportar ideas lúcidas para normar el tema.
Hugo Castro Fau ha producido filmes de gran nivel, como El bonaerense, Familia rodante y Mi mejor enemigo. Además será uno de los coproductores de Dioses, la segunda película de Josué Méndez. A continuación la primera parte de la charla que Héctor Gálvez mantuvo con Castro Fau:
Cómo producir cine independiente sin morir en el intento
¿Hugo, cómo se dio tu venida aquí a Lima?
Hace unos días me llegó un email a Buenos Aires de Kathy Serrano proponiéndome hacer en Lima un taller sobre “Producción y Economía Cinematográfica”, lo que yo llamo cómo producir cine independiente sin morir en el intento. Y me gustó la posibilidad porque una parte de mi vida se dedica a producir cine independiente y hay otra a la que le interesa poder socializar todos los conocimientos que uno puede tener en los distintos países de América Latina para que cada vez tengamos más coproducciones dentro de la región. Y también aproveché el viaje para poder reencontrarme con varios amigos aquí en Perú y también trabajar con Pinky (Enid Campos) y Josué Méndez pues tenemos la coproducción de Dioses, la segunda película de Josué. Lo gracioso es que cuando llegué, me cuentan los amigos de Chullachaki que estaba por estrenarse En la cama de Matías Bize que también fue producida por Ceneca de Adrián Solar que es otro productor del mismo estilo que nosotros pero en Chile.
¿Por qué muchas veces se dan problemas entre productor y director?
Esta es una cuestión muy simple, el productor siempre tiene la razón (risas). Ya hablando un poco en serio, en muchos de nuestros países ocurre que debido a la falta de compromiso del sector público en la producción de cine, lo que es en realidad una industria cultural generadora de industria termina siendo una forma de sobrevivencia. En este esquema es donde siempre existe la figura del director-productor y éste es un problema grave porque la misma persona que tiene que pensar en la puesta de cámara y dirigir actores, al final del día tiene que firmar cheques para pagar a proveedores. Así una de las dos cosas necesariamente se va a hacer mal. No se puede ser director y productor al mismo tiempo. Por suerte en los últimos años en América Latina y en Iberoamérica, empieza a generarse con mucha fuerza la figura del productor independiente, esto es el productor de cine que no es, ni empleado de canales de televisión ni de distribuidoras internacionales ni de exhibidores de cine, sino personas que empiezan a generar pequeñas empresas culturales, PYMES, y que empiezan a llevar entre uno, tres o cinco proyectos cinematográficos en adelante. Y a partir de ahí entablan con el director una relación sana de producción de cine que es: el productor se dedica a producir y el director a dirigir. Por lo general bajo este esquema es como mejor funciona la relación.
También la relación productor-director es cercana, casi familiar, razón por la cual es bueno que el director y el productor elijan personas que tengan que ver con uno, en cuestiones ideológicas y de políticas cinematográficas. Que tengan que ver con el tipo de cine que hacen. A veces hay directores que creen que por estar con un gran productor eso les asegura que van a hacer la película y no es así. Yo no sé si el mejor productor para Días de Santiago hubiera sido Michael Mann, quizás con ese productor Días de Santiago hubiese sido totalmente distinta. A mi me encanta como Josué y Pinky produjeron con Gúdula Meinzolt, ellos son tres independientes que hicieron una película independiente.
¿Cuál es tu visión del productor?
Yo soy un convencido de que el productor es el responsable de todo en una película, de lo económico, de lo financiero y también de lo artístico. Yo creo que hay que encontrar un diálogo entre el director y el productor, donde el director respete al productor y el productor respete al director y cada uno haga su trabajo, pero con un viaje de ida y vuelta, digo, qué tipo de cine producimos, producimos un cine independiente. Y cómo es el cine independiente en América Latina. Es cine autoral, cine de autor, pero al mismo tiempo es el productor el que se monta encima del proyecto y se lo lleva adelante. Uno sabe con qué hombre o con qué mujer puede ser que funcione una pareja en términos sociales, de matrimonio, concubinato o como fuera. De la misma forma que uno elige una pareja creo que debe tener la misma visión para elegir su productor. Y lo mismo el productor en relación al director.
El cine independiente no pasa solo por una nueva estética o propuesta sino también por una nueva forma de producir.
Sabes, yo soy muy cuidadoso, será porque me estoy poniendo viejo. Con la terminología “nuevo cine” y la terminología “cine independiente” yo soy muy cuidadoso. ¿Qué es ser independiente? La mejor definición la encontró Ibermedia, yo creo que alguien es independiente si no depende de un exhibidor o de un distribuidor, es decir si la empresa o el productor no depende de un canal de televisión o de una major de cine. Así haga cine con fondos públicos o privados, es un productor independiente.
Hugo, tú tienes una idea muy clara de la coproducción en América Latina, pero la pregunta es: ¿con quién conviene coproducir?
Bueno ese es el otro punto, yo siempre digo: producir una película no es un trabajo de un año. El trabajo del productor comienza cuando él mismo la genera o trae una idea, son dos años de desarrollo de proyectos, es la preproducción, el rodaje, la posproducción, el lanzamiento, la distribución nacional, la distribución internacional y terminamos diez años después con la retrospectiva del director en Vladivostok. Es decir son diez años de trabajo. Ahí se juegan dos cuestiones, primero una que tiene que ver con el deseo, que tipo de cine quiero hacer y porque me muero por hacer esta película y después por otro lado una cuestión de política cinematográfica, que es, cómo voy a producir esta película.
Y es lo mismo que dije antes, hacer cine es como tener hijos y empieza cuando a uno le gusta algo, cuando empieza a profundizar la relación, cuando te casas, tienes diez años de casados empiezas a tener hijos, la relación de coproducción es parecida. Hoy por hoy, nosotros formamos parte de una red de productoras jóvenes de América Latina, donde están: Chullachaki en Perú, Lagarto Cine en Argentina, Tic Tac en Galicia, Pato Feo en Colombia, TV Zero en Brasil, Jirafa, Ceneca y Alce Producciones en Chile, Pucara Films en Bolivia, Control Z en Uruguay, Estrella Films en Venezuela, que lo que nos caracteriza es que somos parecidos, es decir tenemos una visión parecida de lo que es producir y dirigir cine en América Latina, tenemos una visión parecida del tipo de cine que queremos hacer, tenemos una visión muy latinoamericanista de la producción de cine, tenemos una posición frente al Estado que es similar, apoyamos todos fuertemente lo que es el programa Ibermedia, o las ayudas a cinematografías primas como la alemana o francesa para la producción de cine. Yo creo que cuando uno busca un coproductor tiene que buscar un par.
La coproducción termina siendo de este modo una manera de integración.
Eso es lo importante, también forma parte de un proceso de integración cultural. Cuando yo, un productor argentino, me integro a un proyecto mayoritariamente peruano estoy también generando integración cultural entre los dos países. Otra cosa es si yo establezco una alianza, sanmartiniana, bolivariana, llámala como quieras. Si voy con dos coproductores latinoamericanos a buscar plata a Europa seguramente consigo el 70% del presupuesto completo, si voy solito posiblemente me enfrente a oro con espejitos de colores.
Lo que tiene de bueno armar estas redes de producción en Latinoamérica es el de socializar la información, que es socializar el poder, digo, yo negocio con determinada empresa europea y me va bien, lo comparto con toda la gente que conozco.
Entrevista y transcripción: Héctor Gálvez
Fotos: Mary Panta
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