«Cada uno escoge qué pastilla tomar»
Todos mis filmes examinan de una manera u otra la naturaleza de la verdad en el cine y en los medios de comunicación. Yo dudo muchísimo que una persona pueda tener una idea acerca de la verdad viendo una película. Siempre digo que el cine son 24 mentiras por segundo. Las mentiras pueden ser dichas para servir a una verdad superior, pero no siempre es así. Creo que la manera como he tratado los videos movilizan, sacuden la confianza del espectador en la realidad. La primera secuencia de Escondido es ostensiblemente real, cuando en verdad es una imagen robada que ha sido grabada con una ‘camcorder’.
En el filme, la ambigüedad siempre está presente
El protagonista es un hombre que decide agachar la cabeza y ocultarse para no enfrentar las consecuencias de sus actos en el pasado. Yo invito al espectador a que dé sus propias respuestas. Él decidirá si es importante saber de dónde parten las amenazas. El mío no es el tipo de cine comercial en el que es necesario que el espectador se marche a su casa teniendo todo resuelto.
¿De verdad cree -como sugiere Escondido– que todos los que viven en el Primer Mundo son culpables?
La culpabilidad es un invento judeocristiano y estamos sumergidos en esta cultura. No puedo ver el mundo bajo otro prisma. Pero la culpabilidad es también un problema filosófico y no pretendo resolverlo. Solo hablo de este problema. Al hacer la pregunta: ¿Cómo vivimos así sabiendo que a lo lejos, y no tan lejos, nos rodea la pobreza? Sabemos que pertenecemos a la parte del mundo que se asienta en los hombros del otro y lo explota. Ante eso, se puede reaccionar de diversas maneras. El comportamiento del personaje interpretado por Daniel Auteuil, cuando se toma dos pastillas para dormir, es más o menos el de la mayoría de nosotros frente al cargo de conciencia que sentimos por el resto del mundo. Cada uno escoge qué pastilla tomar. Algunos, por ejemplo, dan dinero a organizaciones caritativas.
¿Qué piensa de los cineastas que se comprometen explícitamente con la problemática que los rodean?
A veces me gusta el cine de Ken Loach, aunque el interés que despiertan sus películas depende del tema escogido y de que se sabe de antemano el mensaje humanista que presentará. Como decía Jean-Luc Godard, que ha formulado tantas frases inteligentes: «No se deben hacer películas políticas, sino hacer películas políticamente». Me niego a hacer un discurso o plantear soluciones. Solo intento sugerir tomas de conciencia, interrogantes.
Michel Houellebecq habla bien de usted en su última novela
La he leído, me siento muy halagado. Es un escritor muy importante para mí, con el que comparto muchas cosas. Quizás sea el único novelista capaz de describir el mundo tal como es en la actualidad. Se le acusa de complacencia, pero es lo que suele reprocharse a las personas que tocan temas cruciales, molestos.
(Vía El Comercio)
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