En el video «Kiarãsã Yõ Sãty, el maní de la Cutia»
En 1895 el doctor Felix-Louis Regnault, miembro de la Sociedad de Antropología de Paris, registró a través de la crono fotografía escenas de una mujer africana, con la intención de estudiar las imágenes en movimiento a posteriori. Él preconizó “la utilización sistemática de la película en antropología y la constitución de archivos antropológicos en película”. De esta forma, el film se convierte simultáneamente en instrumento y objeto de estudio.
Se atribuye a Regnault la paternidad de la Antropología Fílmica, ciencia que tiene como objeto de estudio al hombre, «tal como éste es aprehendido por la película, en la unidad y la diversidad de maneras como coloca en escena sus acciones, sus pensamientos y su medio ambiente”. Claudine de France, antropóloga, cineasta y profesora de la Universidad de Paris X prefiere la nominación de Antropología Fílmica en detrimiento de etnografia visual, “porque la utilización de la cinematografia hace nacer métodos y procedimientos de mise en scène propios, y levanta problemas epistemológicos específicos”.
La productora InterPovos de Andréa Tonacci (Sao Paulo) y la Veneta Vídeo, de Rio de Janeiro, fueron proyectos pioneros en el Brasil dedicados a realizar documentales en aldeas indígenas. La Veneta Vídeo trabajo con los Kaiapó, Ticuna del Rio Solimões y los Torü Düü Ugü; los Kaiapó poseían oro y compraron sus própias camcorders, colocando en práctica los conocimientos proporcionados por la productora carioca en el uso de los equipos. Infelizmente estas iniciativas duraron poco tiempo, debido a la novidad que la tecnologia del video representaba en la época, por los altos costos de inversión y la falta de una red de distribución.
Entre octubre y noviembre de 1986, Vincent Carelli, entonces fotógrafo del Centro de Trabajo Indigenista (CTI), organización sin fines lucrativos fundada en 1979, introdució el uso del vídeo entre los Nambiquara de Mato Grosso del Norte y los Gavião del Pará. El registro de un ritual de iniciación feminina “en el contexto de una amplia reunión regional de los Nambiquara de todos los dialetos, así como de otros grupos tribales vecinos4” y la posterior exibición de ésta documentación videográfica para los Namiquara superó las expectativas de Carelli. Realizase una segunda fiesta de pubertad encenada especialmente para la camera, adoptando costumbres tradicionales abandonadas después del contacto con la civilización (perforación de narices, labios y danzas sin ropa). Este ritual reaparece en el vídeo intitulado “A festa da moça” (1987).
De estas primeras experiencias nace Vídeo en las Aldeias como una extención del CTI, en 1987. Los primeiros diez años de su existencia caracterizaronse por las exibiciones in loco de las imagenes registradas por Vincent Carelli en las aldeas, así como documentales de otras tribus. Una segunda etapa en la historia del proyecto comienza con el ingreso de Mari Corrêa, documentalista egresada de los Ateliers Varan5. Desde 1998 hasta ahora, 2006, Mari y Vincent dctaron cursos visando formar realizadores indígenas capaces de operar cameras digitales y también priorizaron su participación en el proceso de edición. En este contexto fueron producidos aproximadamente veinte videos, producto de numerosos cursos que beneficiaron diversas comunidades.:
En el año 2000, la recién formada ONG Vídeo en las Aldeias, recibió el Premio UNESCO por el respeto a la diversidad cultural y de la busca de relaciones de paz interétnicas. En 2003 ganó el premio Chico Mendes del Ministerio del Medio Ambiente por la valorización de las referencias culturales y ambientales de las poblaciones de la Amazonía.
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