Saw III
Dir. Darren Lynn Bousman | 113 min. | EE.UU.
Intérpretes: Tobin Bell (Jigsaw/John), Shawnee Smith (Amanda), Angus Macfadyen (Jeff), Bahar Soomekh (Lynn), Donnie Wahlberg (Eric Matthews), Dina Meyer (Kerry), Leigh Whannell (Adam)
Estreno en Perú: 18 de enero de 2007
Tal como era de esperarse y ante tantas secuelas no oficiales que pululan por ahí, los padres del insidioso estratega Jigsaw nos lo traen literalmente a la vida nuevamente en esta versión que pretende ser el aparente cierre de una trilogía ya de culto para muchos de los fans del género. En esta tercera película se pretende revelarnos aún más el método detrás del horror. La presencia del villano es total, así como lo dejamos en la entrega anterior se encuentra ahora acompañado de una discípula aplicada y vehemente que habrá de ser su enfermera y amante. Como si de la crónica de sus últimos días no fuera suficiente, han de preparar juntos un juego final en el cual las sorpresas todavía tienen espacio. El director Bousman repite el plato y nos entrega una película algo más sólida y convincente que las anteriores. Con todas sus limitaciones intenta ser la radiografía final a este engendro surgido de las paranoias y la incomunicación modernas.
Nos encontramos ante una especie de recapitulación de todo lo visto, el serruchar ya casi olvidado entre otras formas de mutilación reaparece para devolverle el sentido a su título. La primera secuencia de choque ante un juego aparentemente terminado es la coartada para todavía estirar aún más las andanzas del maligno diseñador de pruebas imposibles a pesar de haberlo dejado más que consumido en la desintegración física. Casi como queriendo tener un fin tan macabro como el de sus víctimas alarga sus bocanadas de aire para una despedida brutal. Todo dirigido desde su lecho de agonía, en el cual desea permanecer consciente hasta el fin de su última estrategia. Solo no podrá, y convocará por intermedio de su asistente a su propia doctora de cabecera que deberá correr con el encargo a riesgo propio, con serruchadas y taladradas al propio malévolo incluidas. Extravagante final de la serie con apariencia a un capítulo de ER pero que no se encuentra exento de densidad.
Todos los personajes como el propio Jigsaw se encuentran en un momento final, más de decadencia que de simple crisis personal y el clima nocturno y bizarro realmente resulta acertado, por encima de los alardes del gore que son el aparente plato fuerte de este banquete. Desde el amo y su sirviente pasando por la doctora hasta la afanosa detective que conecta las tres películas y por supuesto el nuevo (y también aparentemente único) participante. Todos parecen querer luchar contra esa autodestrucción a la que el sometimiento externo parece sacar de su letargo de dolor. Todos tienen un motivo para la desolación y eso lo conoce mejor que nadie el casi sobrenatural demiurgo que desarrolla su partida maléfica, que a estas alturas no puede apelar sino a la síntesis. Hay algo distinto que se da a entender en los últimos juegos y que habrá de ser revelado como el fin del camino para la corta pero exitosa carrera del metódico y moribundo monstruo.
Entonces la película devela todo lo que hubo detrás de las estrategias anteriores como una especie de resumen o catálogo del crimen, mientras que el último participante va atravesando etapa tras etapa las pruebas ya conocidas que sólo cambian de posición y de parafernalia. Lo atractivo de esta Saw se encuentra en hacer de este alargue un discurso mismo sobre la poca importancia, en realidad, de cuanto siga redundando su argumento. Sus imágenes de muerte, desesperación, es decir su esencia de quiebre emocional son mejor concebidas sin necesidad de las correrías de las dos anteriores. Oficio ha sabido ganar rápidamente el director y ello le asegura un lugar en el circuito. Para muchos no dejará de tener el aire de una simple y forzada reproducción, menos espectacular, con sus personajes y estructuras básicamente ya conocidos, pero en realidad esconde lecciones mejor aprovechadas que en algún proyecto posterior sean dignos de salirse realmente del marco. Eso sí, ojalá no sea con alguna resurrección de la franquicia que ya tuvo más que suficiente, aunque en otros casos similares los productores no lo entendieron así.
Deja una respuesta