Norbit
Dir. Brian Robbins | 102 min. | EE.UU.
Intérpretes:
Eddie Murphy (Norbit, Rasputia, Sr. Wong)
Thandie Newton (Kate)
Terry Crews (Big Jack)
Clifton Powell (Earl)
Mighty Rasta (Blue)
Cuba Gooding Jr. (Deion Hughes)
Marlon Wayans (Buster)
Estreno en Perú: 1 de marzo de 2007
Eddie Murphy parecer haber estado encantado con su ejercicio «puesta y quita» de pesados accesorios en The Nutty Professor que acá lo vuelve a repetir como exhibición del transformismo al pie de la letra. Una pequeña historia imaginada por él mismo, y solo le queda buscar algún profesional afiliado al gremio de la chacota para dirigirla. El resto esta supeditado al repertorio de la estrella que como otros colegas se forjó de paso en el molde Saturday Night Live. Como su mayor éxito de los 90 nos presenta a un chiste andando que ya no es ni referente al maestro Jerry Lewis aunque intente serlo pero adaptado a nuestros días. Norbit y su regordeta Rasputia son alarde de esa modalidad de cine que busca el humor hasta en el más mínimo detalle de la vida diaria.
El facilismo parece ser el dogma de los guionistas cómicos del Hollywood actual y de ello no se cansan a pesar del repliegue del publico últimamente por sobre las estrellas del género. Esta película auspiciada por sus cuatro costados por Murphy es muestra de ese agotamiento alarmante. Norbit es el prototipo de loser del cual se puede hacer burla desde cualquier ángulo, incluso desde su nacimiento. A su modo parece replicar las comedias de Adam Sandler transplantadas a los barrios negros en los que los estereotipos hacen su aparición como única muletilla posible para despejar el camino al arsenal de chistes. El protagonista como en otras aventuras similares asume una insólita identidad de héroe, uno perdido en su propia incertidumbre aunque el guión ya lo tenga de antemano preparado para superar los obstáculos. El mayor de ellos es la que asume la burla sin gracia de ser su compañera de vida, una robusta y vociferante criatura con la cual Murphy se desdobla de personalidad como lo hacia con su profesor chiflado.
Si estamos a la expectativa aún de pasar un rato con un par de carcajadas durante todo el metraje, es algo alcanzable con esfuerzo. Como si necesitando ayuda para que no nos escapemos rápido de la sala, salen por ahí algunos figurantes de la etnia y el sindicato. Los chacoteros Marlon Wayans y Eddie Griffin y los un poco más straight Cuba Goodong Jr. y la hermosa Thandie Newton quien aún con lo bobalicón de su personaje fue mi único motivo de interés durante la proyección. Presentado el team como réplica de la oscarizada Dreamgirls, al cómico solo le queda no estirar demasiado la rutina como para resultar digerible entre la canchita y la gaseosa. Me olvidaba que entre los personajes luce una tercera personificación de Murphy, Mr. Wong, bondadoso emigrante casi copia del Arnold de «Happy Days».
Norbit es una cinta que no se puede dejar de ver sin la sensación de que la política del fast-food a cubierto con su manto casi todos los aspectos de la vida actual. El solo hecho que nuestro placer por ver una película se haya también sumergido en la ceremonia de la búsqueda de un producto especifico y en ello están emparentados todos los gustos o preferencias. Tal vez a muchos les agradará ver este filme (que tampoco es tan largo como para volverse insoportable a sus detractores) pero la displicencia narrativa, el poco ingenio de sus situaciones o réplicas y, en suma, todo un acabado deficiente nos dejan contagiados de la efervescencia nostálgica de muchos espectadores de antes y pocos de ahora que disfrutaron en su momento las delicias de los auténticos reyes de la comedia entre ellos el propio Murphy joven, convertido en una entidad aparte con películas con Trading Places o Beverly Hills Cop. Exhibiciones de humor efectivo y, en el caso de la primera, muy inteligente que parecen haber sido olvidadas incluso por los mismos involucrados en ellas. La industria ha opacado los talentos de muchos de ellos en medio de proyectos mediocres por decirlo menos. Eso fue lo que ha sucedido también con el estupendo Steve Martín y yendo un poco atrás recuerden la resurrección lamentable de la pareja dispareja Lemmon – Matthau en una serie de películas que solo dejaron la impresión de que se trataban de figuras del pasado, pasado al que tenemos que apelar para disfrutar del verdadero humor norteamericano.
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