Janghwa, Hongryeon
Dir. Ji-woon Kim | 115 min. | Corea del Sur
Intérpretes:
Kap-su Kim (Bae Moo-hyeon, padre)
Jung-ah Yum (Eun-joo, madrastra)
Su-jeong Lim (Bae Soo-mi, Janghwa)
Geun-yeong Mun (Bae Soo-yeon, Hongryeon)
Estreno en Perú: 8 de marzo de 2007
Dirigida por Kim Ji-woon, aquí nos cuenta la historia de dos hermanas que se van a vivir a la casa de su padre, quien vive con su nueva pareja luego de la muerte de la madre de ellas. La madrastra tiene una relación muy tirante con ambas, e incluso hasta violenta y hostigadora, maltratando a la menor de ellas encerrándola en un armario. La hermana mayor, en el afán de protegerla, no hace sino replicarle a su padre la conducta de su pareja, pero éste le es indiferente en todo momento. Mientras tanto, en la casa una apariencia fantasmal perturba la vida tanto de las niñas como la de la madrastra.
El cine coreano es quizás el cual, con la finalidad de romper los moldes mas estructurados en cuanto a géneros, decide hacer una amalgama de ellos para lograr que todo lo que iba argumentalmente por un camino, termina sorpresivamente por otro. Esta es probablemente una de las razones por las cuales mucha gente, no familiarizada con el cine coreano, vea esta pelicula con desagrado teniendo en cuenta que las expectativas de esta cinta, para muchos amantes del género del terror asiático, era encontrarse con una versión más de El aro o de Ju-On.
Si uno se adentra a esta película desde otra óptica y con la mente abierta, se dará cuenta que se trata de un ejercicio de cine magnífico, la increíble puesta en escena, la recreación tétrica del filme, las actuaciones relevantes para entender la cinta y su giro inesperado final, hacen de Dos hermanas una satisfacción irreprochable.
Dirigida por Kim Ji-woon quien es todo un deconstructor de géneros. Su segunda película es un thriller de acción con sello característico y hoy, se adentra al western (una moda pasajera en Asia, Takashi Miike prepara por ejemplo su versión japonesa de Django) con un remake de El bueno, el malo y el feo. En la cinta que aquí comentamos, Ji-woon nos cuenta la historia de dos hermanas que se van a vivir a la casa de su padre, quien vive con su nueva pareja luego de la muerte de la madre de ellas. La madrastra tiene una relación muy tirante con ambas, e incluso hasta violenta y hostigadora, maltratando a la menor de ellas encerrándola en un armario. La hermana mayor, en el afán de protegerla, no hace sino replicarle a su padre la conducta de su pareja, pero éste le es indiferente en todo momento, incluso hasta le hace saber que todo se lo esta inventando para llamar la atención. Mientras tanto, en la casa una apariencia fantasmal perturba la vida tanto de las niñas como la de la madrastra.
Sin embargo, todo no es lo que parece y el final, sorpresivo y asfixiante, te explota en la cara luego de casi dos horas de quietud, a pesar de alguno que otro susto, evidentemente todo tan bien diagramado y concatenado en una linea argumental aunque complicada en su desarrollo pero dificilmente olvidable, por esa conclusión tan eficaz. Ji-Woon es un excelente creador de atmosferas y posee un estilo visual elegante. Él nos situa en una casa tan agobiante como oscura en donde reina un silencio casi selpucral. Sus personajes deambulan en ella, cada cual luchando contra sus propios demonios y en donde nada es lo que parece.
Dos hermanas es un juego con el espectador, te mantiene casi una hora petrificado y asustado, e incluso adormecido, con la visión casi tradicional del «fantasma de la niña de pelo largo», intentando de alguna forma de prepararte subliminalmente para un final aparentemente previsible en este género. Sin embargo casi en la segunda mitad del filme, este intenso ejercicio cinematográfico da un giro de 360 grados, mostrándonos que el terror que cómodamente tenía una explicación facilista sobrenatural, deviene de un terror nacido de lo complejo de la mente humana y además de las consecuencias de los actos de los demás, que pueden resquebrajar las mentes mas débiles.
Una de las peliculas más fascinantes que ha dado el cine coreano, toda vez que tiene dos tipos de terror en su conjunto, el terror tradicional pero bien dirigido buscando el susto sorprendente e imprevisto, y el terror psicológico, ese que de repente perturba más que un simple grito, toda vez que por razones varias esta más cerca a la realidad y por ello produce una mayor confusión y pánico. Para entender su mensaje uno debe tener los sentidos atentos a cualquier detalle por más mínimo que sea, por ello siempre recomiendo su segundo visionado.
Es así una pelicula redonda, inteligente, enigmática y en cierta medida terrorífica, que por su fuerte carga innovativa fue en su oportunidad una de las peliculas más vista en Corea. Debe verse con ojos distintos a cualquier película de terror. Abstenerse los que piensen que van a ir al cine a ver otra estúpida cinta de terror, esta requiere una mayor atención de los sentidos.
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