En realidad la entrevista aparece en el suplemento GCU de Caretas, «Ellos & Ellas». Ahí Vanessa Saba da algunas luces sobre su personaje, coprotagónico junto a Diego Bertie, en Una sombra al frente, la película de Augusto Tamayo que se estrenó hoy en el Perú.
–¿Cómo construiste tu personaje, una mujer de comienzos del siglo XX?
–Como ya había hecho trabajos con personajes de esa época, en ‘Luz María’ y en ‘La importancia de llamarse Ernesto’, tenía cierta familiaridad con la mujer de esa época, que por lo demás es muy simple: a una mujer de clase alta le correspondía casarse con alguien de su misma clase social, tener hijos e ir a la mayor cantidad de eventos sociales posibles. Además, con Augusto conversamos mucho acerca de lo que él buscaba.–¿Cómo percibiste entonces tu primera experiencia al hacer cine?
–Es algo que no sé cómo explicar, es el efecto de la cámara de cine, una cámara enorme, de 35 mm, que generaba una atmósfera particular, mágica. Tener la cámara en frente me impuso una sensación de respeto rara, que no me había pasado antes…–¿Y qué sentiste cuando te viste en el ecran?
–Es rarazo porque tu cara se ve enorme, tu ojo es del tamaño de un árbol. Es emocionante sobre todo si te gusta el cine como es mi caso. A mí me gusta esa sensación del cine y el teatro: cuando se empiezan a apagar las luces es como que vas entrando en un mundo diferente, mágico, y verte ahí en una actividad que te apasiona es doblemente emocionante.–Hay una escena de desnudo que vendría a ser la primera en tu carrera. ¿Cómo la manejaste?
–Sí, lo que pasa es que ‘Un día sin sexo’ la filmé después, pero se estrenó primero y ahí también hay un desnudo. Cuando Augusto me comentó que había una escena de cama con Diego, no tuve problemas. Normalmente soy pudorosa y no es que sea comodísimo hacerlo, pero te concentras en la historia, en que es relevante para contar algo, y cuando lo haces es como si le estuviera pasando a otra persona. Como si te desdoblaras por un momento.–¿Alguna anécdota del rodaje?
–En una escena que era una fiesta en el Hotel Bolívar en donde veía a mi ex, Enrique (Diego Bertie), después de dos años, tenía que bailar con quien hacía de mi actual pareja, José Reyes (Carlos Carlín), y él que es especialista haciendo bromas, me hacía morir de la risa, y se quedaba serio cuando la cámara se nos acercaba. Yo andaba preocupadísima porque era una escena seria y no podía aparecer carcajeándome. Lo mismo me hace en el teatro porque Carlín tiene un talento innato para hacer reír e inmediatamente quedarse todo serio.–Has hecho muchos papeles en tu carrera como actriz, ¿cuál te gustaría hacer ahora?
–Me gustaría hacer algo explosivo, porque todos los personajes que he tenido están como contenidos, ensimismados. Quisiera hacer uno cargado de ira, como el de Charlize Theron en Monster, la asesina en serie, que es un personaje más explosivo, que no se contiene.
Foto: También tomada de Caretas.
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