Esta semana recogemos comentarios a distintas películas que se encuentran en cartelera, o están por entrar en ella. Hay películas para todos los gustos, y por eso también variedad de reseñas. Veamos:
Alonso Izaguirre de Perú 21 ha visto Campos de Esperanza, una cinta húngara sobre el Holocausto:
De hecho, el miedo y la muerte están allí donde, muchas veces, el director no lo subraya manifiestamente. (…) El afán del cineasta Koltai es realzar el sentimentalismo del material que tiene entre manos, sobre todo con el uso y abuso de la música de Ennio Morricone, restándole algunos méritos a un trabajo que, sin ser excepcional, se deja ver.
En La República, Fedérico de Cárdenas escribe sobre El espíritu de la pasión (Hierro 3) de Kim Ki Duk, que está por entrar en cartelera la próxima semana:
Estamos ante una fábula en la que lo maravilloso y lo fantástico se dan la mano, contaminando ese mundo de silencios y soledad que es el de Tae-suk, presencia fantasmal que se realiza invadiendo espacios que le son desconocidos. En esto se emparenta con un linaje de personajes marginales y en ruptura con las prácticas sociales que el cineasta coreano ha ido diseñando; solo que aquí, introduce una dimensión romántica a través de la relación del protagonista con Seon-hwa, lo que abre un posible rescate a partir de la configuración de una pareja.
Ricardo Bedoya se anima a revisar tres cintas en El Dominical, la que más le gustó fue Duro de Matar 4.0
El detective John McClane es un personaje de «cartoon» que tiene a la vez de Coyote y de Correcaminos: es persistente, avieso y peligroso como el primero, y resistente, imparable, indestructible, como el segundo. Toda la película se ve con un gesto de divertida incredulidad.
Paranoia le gustó menos:
La película empieza con brío y gracia. todo bien descrito y narrado: el ambiente suburbano; el aburrimiento y la frustración del prisionero; su gusto por entrometerse en la vida ajena. Pero conforme avanza la acción y el «verdadero culpable» se identifica e interviene, el director DJ Caruso pierde el tono, desafina y el misterio desemboca en truculencia
Y la de Begnini le pareció lamentable:
El tigre y la nieve provoca vergüenza ajena. Roberto Benigni se la pasa dos horas monologando sin dar respiro; poetizando; recitando lugares comunes; edulcorando el horror; sobreactuando; jugando el insufrible rol del payaso triste. Dos horas de un narcisismo preocupante porque parece rozar alguna patología.
Por último, Enrique Silva escribe sobre Beethoven: Moustro Inmortal en Correo:
Beethoven: Monstruo inmortal cumple su cometido como relato biográfico de libre inspiración. Además, nos muestra nuevamente el gran talento interpretativo de Ed Harris en una composición histriónica precisa, bien modulada que nunca se desborda, a pesar de la –a ratos– exaltada construcción del personaje.
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