Nuevamente los chinos nos dan el ejemplo en el tema de la censura. No solo alojan sitios donde las películas hollywoodenses son presentadas tal cual fueron concebidas, sin censurar imágenes de equinos en celo, ni piercings labiales, sino que además se atreven a demandar al gobierno de su país, y de yapa a la sala de cine, por recortar las «candentes escenas» de sexo entre Tony Leung Chiu Wai y Wei Tang, que Ang Lee presenta en su última película Lust, Caution, filme ha ganado minucias como el León de Oro en Venecia:
Dong Yanbin, un estudiante de doctorado de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de Pekín, cree que se ha vulnerado su derecho como espectador, y que el corte de esa escena hace difícil interpretar la psicología de la protagonista, y valorar la película de forma objetiva.
Por ello, solicita una compensación de 500 yenes (la entrada le costó 50), que ya ha remitido a los juzgados de Beijing.
Parece poco probable que el caso siga adelante, y probablemente se archive, pero al menos servirá para volver a poner en entredicho el sistema de calificación chino, que ya han invitado a revisar profesionales de la industria como el director Jia Zhangke o la actriz Gong Li.
Por otra parte, tampoco hay que ser más papistas que el Papa. El mismo Ang Lee ha dicho que el recorte sufrido por su película en China no afecta el desarrollo de los personajes, solo que será mucho menos intensa.
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