El domingo la tenía difícil porque vino después de un sábado de pura emoción y de películas que me dejaron completamente satisfecho. Estas son las cintas que vi el 18 de noviembre:
Sukar Banat / Caramelo / Caramel (Francia/Líbano), de Nadine Labaki
Si Almodóvar pudiera cumplir su sueño de ser mujer, sin lugar a dudas elegiría ser Nadine Labaki. Caramel nos sumerge en el día a día de cinco mujeres que coinciden habitualmente en un salón de belleza, un microcosmos lleno de colorido y sensualidad en el que varías generaciones se encuentran, hablan y hacen confidencias. Lo que hace tan especial a esta cinta es el pequeñísimo detalle que se trata de un Sex and the Beirut City. Nadine Labaki, la bella protagonista y directora libanesa, trata con gran frescura y sutil picardía los típicos temas polémicos para cultura árabe en torno a la sexualidad femenina. De entre cada una de las pequeñas historias de la película, me gustaría resaltar la que aparentemente es la más insignificante: la lucha de una tradicional mujer musulmán por dejar de lado sus miedos costumbristas y así poder guardar su velo para hacerse un corte de pelo atrevido y moderno. Un filme para tener en cuenta durante la premiación del festival.
Angel-A (Francia), de Luc Besson
Cuenta la historia de Andre, un hombre que tenía todo preparado para suicidarse, pero que decide dar un paso atrás y pensarlo, gracias a la aparición en su vida de una mujer, Angela. No puedo negar que esperaba mucho más de Luc Besson. Y es que en Angel-A se exagera con la información explícita, Besson no deja lugar a interpretaciones personales, nos lo da todo masticado y los protagonistas lo dicen absolutamente todo en los mismos diálogos. Después de la magistral Wings of Desire de Wim Wenders, cualquier película que trate el tema tendrá serios problemas.
Unni (India/Francia), de Murali Nair
Unni viene de una casta superior, su madre y su abuela cumplen reglas estrictas y ortodoxas que esperan que él siga. Para suerte suya, la vida fuera de casa es muy diferente junto a sus tres compañeros con los que hará toda clase de travesuras en la escuela. Tras revisar los datos de Murali Nair (Cámara de oro en Cannes 1999, Una cierta mirada en Cannes 2001 y 2003), mis expectativas se sumaron a las ansias de, por fin, ver una película india. Pero, lamentablemente, la ternura de Unni no sobrepasa a su excesiva ingenuidad cinematográfica que la convierte, a mi gusto, en la película más floja técnica y creativamente de las películas vistas hasta ahora en el festival.
Deja una respuesta