Dir. Jaume Balagueró, Paco Plaza | 102 min. | España
Intérpretes: Javier Botet (Niña medeiros), Manuel Bronchud (Abuelo), Martha Carbonell (Sra. Izquierdo), Claudia Font (Jennifer), Vicente Gil (Policía)
Estreno en España: 23 de noviembre 2007
La entrada del invierno es el cuarto oscuro del año más que apropiado para la exhibición de películas de terror y suspense. La cartelera nos las deja caer para que cuando salgamos al frío desapacible aun se conserve la (supuesta) desazón producida por la cinta del género. [REC], codirigida por Jaume Balagueró y Paco Plaza, es uno de estos productos. La atractiva premisa de conseguir miedo sin artificios de casi ningún tipo se ve arruinada por la sensación de antinaturalidad y poca credibilidad que produce este corto (85 min.) filme español.
Si Hitchcock levantara la cabeza
La entrada del invierno es el cuarto oscuro del año más que apropiado para la exhibición de películas de terror y suspense. La cartelera nos las deja caer para que cuando salgamos al frío desapacible aun se conserve la (supuesta) desazón producida por la cinta del género. El problema viene cuando la película de terror nos ha dejado exactamente como entramos, con cara de poker, cuando no, como le ocurría a los espectadores de la sala, se producía un intercambio de sustos y temblores por carcajadas y sonrisas con chufla.
A la vista está que desafiar con tensión a nuestro cuerpo cómodamente sentado en el sillón, como en su momento lograron míticas obras: El resplandor (1980) de Stanley Kubrick con un Jack Nicholson aterrador, El exorcista (1973) de Willian Friedkin, La semilla del diablo (1968) de Roman Polanski o en su mezcla con ciencia ficción Alien (1979) de Ridley Scott, parece hoy día misión imposible. Quizá por ello se intenta revestir a este difícil género cinematográfico de una malla audiovisual provista de todo tipo de cachivaches tecnológicos, con el fin de suplir la falta de credibilidad, o el sudor de buenos actores, con malabarismos innovadores de cámara POV: Holocausto caníbal (1980), The Blair Witch Project (1999), o el más actual último De Palma, Redacted , son un ejemplo entre muchos.
Gente hay, amante del género y muy especializada en la materia, que le parezca lo más este “grabar a lo bruto”, !que entre todo!, sin pulir, tanto la paja como el grano. En fin, a esta amante del cine no se lo parece en absoluto.
[REC], codirigida por Jaume Balagueró y Paco Plaza, es uno de estos productos. Ambos directores tiene en su haber una filmografía sin nada espacial que remarcar. La cinta de Balagueró y Plaza llamó la atención en el Festival de Sitges 2007, de la que se llevó tres premios, Mejor Dirección, Mejor actriz y Premio de la crítica. Aunque solo sea por la autoridad de estas medallas, una se ha acercado a las salas para adentrarse de nuevo en el género, después de El orfanato de J.A. Bayona.
Desgraciadamente los tensos estímulos que a ratos provoca ésta última, con medios si se quiere mucho más convencionales, no lo consigue [REC], que, sin embargo, está provista de una factura muy curiosa, destacando una aprovechada utilización de efectos especiales (SPFX) y una interesante mezcla gore-humor para los no habituados a este tipo de cine, y, justo es decirlo, un punto final acertado.
La atractiva premisa de conseguir miedo sin artificios de casi ningún tipo se ve arruinada por la sensación de antinaturalidad y poca credibilidad que produce este corto (85 min.) filme español. Con exceso de sobreactuaciones, llevadas al extremo en sus tópicos, un gritería desmedido, unos diálogos empobrecidos, y una absoluta confusión, dan como resultado una empanada de zombies, pura copia de 28 días. Ridícula en su historia, lo más cercano a la realidad es la sensación de estar viendo un símil del griterío de cualquier “Gran hermano” global.
[REC] es como si tu vecino casi treintañero, eterno becario, hubiera filmado sus vacaciones urbanas, con el añadido de leyenda ídem.
La trama es muy simple: un programa nocturno, de esos que no ve nadie, manda a su cámara y la chavalita periodista a filmar una noche de tarea entre los bomberos de una gran ciudad, en este caso Barcelona. Todo discurre a modo de reportaje televisivo, hasta que acuden, junto a los bomberos, a una llamada de urgencia de un viejo edificio de vecinos (que no tiene nada de misterioso como se ha apuntado en alguna crítica), y ahí quedan todos encerrados en cuarentena por las autoridades. En un nervioso movimiento de cámara, con sus cortes, manotazos y caídas, la filmación pretende acercar la realidad de una noche de terror sobrenatural al espectador, haciéndole protagonista, como si fuera él el que se encuentra entre pasillos, escaleras, y áticos oscuros. Sin música que marque el tono tenso, sin experimentados actores, sin el glamour de un escenario misterioso, todo se queda en un ridículo y repentino discurrir de zombis, a los que las enormes heridas les aparecen por generación espontánea.
Hay secuencias (pocas) bien conseguidas e hilarantes, cuando entre tanto frankenstein (hecho a retales de 28 días, The Blair witch project y una desastrosa comedia) la periodista y el cámara entrevistan a la fauna del edificio, o cuando se consigue cierta atmósfera terrorífica al precintar el edificio desde el exterior con toda su parafernalia. Pero el resto es una continua sucesión de repetitivos encuadres y una sesión de stepping entre pisos. Si la pretensión era conseguir identificarse con cualquiera de los personajes, pues la verdad, ni en sueños.
Para amantes del gore, las tomas falsas, veloces movimientos de cámara y monstruos de cera. Ah, eso sí, reír se van a reír.
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