Lo que se veía venir, la Asociación de Prensa Extranjera en Hollywood y la cadena NBC anunciaron la suspensión de la esperada ceremonia que iba a transmitirse este domingo 13 de enero. Ante la todavía dilatada huelga de guionistas los organizadores del evento tuvieron finalmente que desistir ante las presiones y advertencias del sindicato en conflicto que ya había advertido su disposición para movilizarse hacia esta misma fiesta del glamour cinematográfico para convertirla en otra menos estelar pero tal vez más divertida. Como sea incluso el sindicato de actores se había pronunciado en solidaridad a los primeros y muchas de las estrellas invitadas habían expresado su intención de no asistir a la premiación si todavía no se llegaba a un acuerdo para entonces. Este ultimátum parece haber sido el definitivo para tomar la histórica decisión que produce el primer hipo en 65 años de premiación ininterrumpida.
En su lugar se ha anunciado una programación de curiosidades y comentarios muy al estilo de E! Entertainment mientras que de manera casi discreta se ha dispuesto que los ganadores solo sean anunciados de manera similar a la de las nominaciones. La alarma ya ha comenzado a sonar para los organizadores del Óscar, hasta para esto les ha servido de piloto su hermano menor.
(Vía NY Times)
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