El tren a Yuma (2007)

3:10 to Yuma
Dir. James Mangold | 122 min. | EEUU

Intérpretes: Russell Crowe (Ben Wade), Christian Bale (Dan Evans), Logan Lerman (William Evans), Dallas Roberts (Grayson Butterfield), Ben Foster (Charlie Prince), Peter Fonda (Byron McElroy), Vinessa Shaw (Emmy Nelson), Alan Tudyk (Doc Potter), Luce Rains (Marshal Weathers), Gretchen Mol (Alice Evans)

La carrera de James Mangold parece estar en franca recuperación. Al interesante biopic sobre el cantante Johnny Cash, Walk the Line, que se llevó un Oscar a la mejor actriz para Reese Witherspoon, podemos sumarle ahora su primera incursión en el western. En esta ocasión nos ofrece una nueva versión del recordado clásico de Delmer Daves filmado en 1957, que cuenta la historia de un granjero venido a menos que, para salvar sus tierras y recuperar el respeto de su familia, acepta formar parte del grupo que escoltará al temible criminal Ben Wade al tren que lo llevará a la horca.

La carrera de James Mangold parece estar en franca recuperación: al interesante biopic sobre el cantante Johnny Cash, Walk the Line, que se llevó un Oscar a la mejor actriz para Reese Witherspoon, podemos sumarle ahora su primera incursión en el western, claro si no tomamos en cuenta Cop Land, aquel logrado filme de 1997 con Silvester Stallone y Harvey Keitel, que no era más que un filme del lejano oeste disfrazado de policial.

En esta ocasión nos ofrece una nueva versión del recordado clásico de Delmer Daves filmado en 1957 y protagonizado por Glenn Ford. La historia, basada en un cuento de Elmore Leonard, cuenta de un granjero venido a menos que, para salvar sus tierras y recuperar el respeto de su familia, acepta formar parte del grupo que escoltará al temible criminal Ben Wade al tren que lo llevará a la horca.

Como buen cinéfilo, Mangold desarrolla un aplicado ejercicio que respeta muchas de las convenciones del género. Muestra los grandes escenarios abiertos que son característicos del western clásico, aunque mejorados por una fotografía detallista, sincronizada perfectamente con un sonido limpio. Un buen ejemplo de ello es el asalto inicial a la diligencia, magistral secuencia que dura varios minutos y que es todo un ejemplo de virtuosismo al mostrar en gran detalle una dura batalla por capturar un botín.

Pero es en la dimensión humana de los personajes donde Mangold demuestra que más que un cinéfilo, es alguien con vocación de autor. Los personajes de El tren a Yuma están mucho más redondeados que en el filme original; no estamos aquí ante el típico esquema maniqueo de muchos westerns. El héroe trata de cumplir las reglas, pero precisamente por ello está perdiendo sus tierras y, lo que es peor, el respeto de su familia. Más que un tipo resuelto e idealista, resulta una persona disminuida, no sólo físicamente, y llena de dudas. Y el villano, pese a que se trata de un asesino cruel y despiadado, es una persona muy inteligente, con sensibilidad artística y dueño de una personalidad encantadora, con la que cautiva tanto a los bestiales miembros de su banda como a sus enemigos.

Por supuesto, hubiera sido un riesgo muy grande encargar estos personajes a cualquier actor, pero felizmente el casting trabajó bien. Russell Crowe se desenvuelve como pez en el agua en su rol como el duro y sensible Ben Wade, y Christian Bale, uno de los mejores actores de su generación, compone magníficamente a un Dan Evans que intenta actuar moralmente, pero que se encuentra sumido en dudas y decepciones. Los acompañan un competente equipo de secundarios, entre los que destacan el veterano Peter Fonda, haciendo de un viejo cazarrecompensas, y Ben Foster, como el psicópata lugarteniente de Wade, que no sólo no desentona sino que aporta mucho de autenticidad al filme.

Y hablando de autenticidad, cabe mencionar los ingeniosos diálogos que en varios momentos funcionan a manera de un duelo sin armas entre los personajes. Son particularmente destacables los que sostienen Wade y Evans en la habitación del hotel, y el posterior entre el mismo Wade y el hijo de Evans. La historia avanza sin trabas y no conduce al espectador por los archiconocidos caminos de siempre, sino que le depara sorpresas en cada tramo, incluyendo el magnífico final, digno de los mejores westerns.

Pese a que desde hace tiempo se ha extendido la partida de defunción del western, el más norteamericano de los géneros cinematográficos, demuestra con películas como esta nueva versión de El tren a Yuma (o El asesinato de Jesse James) que aún puede depararnos sorpresas, siempre y cuando caiga en las manos de buenos directores como James Mangold, de quien esperamos en el futuro mejores trabajos.