José Tsang adelanta su opinión sobre Un cuerpo desnudo en su columna de la revista Caretas. El más reciente filme de Francisco Lombardi se estrena hoy en las salas limeñas. A continuación reproducimos su crítica, el énfasis es nuestro:
Cuatro amigos se juntan para jugar póker y catar pisco. El ritual es perturbado por un cuerpo femenino, desnudo e inconsciente. Confinados bajo un mismo techo, se revelarán otros matices de las personalidades de los protagonistas. Un Cuerpo Desnudo es una versión actualizada y extendida de Los Amigos, el episodio dirigido por Francisco Lombardi para el filme colectivo Cuentos Inmorales (1978). Humor criollo y patetismo en vez de ampararse en Fujimori (Ojos que no ven) y Montesinos (Mariposa Negra).
Pero inconscientemente, como los personajes de Un Cuerpo Desnudo, el filme muestra otras lecturas. Grabado en formato digital, su textura mullida es como su condición de anécdota: se pasa un buen rato, pero nada memorable. 5 actores y una locación: eso implica las dificultades de hacer cine en el Perú. 2 actores y una locación: el chileno Matías Bize con En la Cama sacó más chispas y dinámica fílmica con la anécdota de 2 amantes confesándose en un hotel. Bien pensado, Un Cuerpo Desnudo podría ser una obra de teatro, donde los montajes de Lombardi acaso funcionaron mejor que sus últimos filmes. Al director le gusta trabajar con actores y en Un Cuerpo Desnudo se nota. El tándem Lombardi/Augusto Cabada –éste último guionista– sigue siendo el que ha deparado los mejores momentos a la filmografía del director tacneño, gracias a las acciones con cierta estructura de género (cine policial negro, thriller). E igual La Boca del Lobo y Bajo la Piel tienen mucho que ver con el desencanto patrio. (José Tsang)
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