No tuvo el aire de señor distinguido que tenía su contemporáneo Fernando Fernán Gómez, así como tampoco un nivel parejo en la sucesión de títulos que conformaron su carrera en el cine, desarrollada con continuidad desde mediados de los años 50. Pero José Luis López Vázquez se hizo querer un lugar importante dentro del imaginario de su país, tanto en la pantalla como en los escenarios. Hoy a sus 87 años de edad, el intérprete madrileño dejó de existir tras una larga enfermedad.
El actor que se inició como un todo terreno en el mundo artístico de la época del franquismo, se hizo un nombre conocido de forma lenta, como secundario de apariencia no muy destacable en diversos dramas, o comedias inspiradas en el estilo de esperpéntico y de ambientes realistas, que comenzaron a predominaren esos años, teniendo a un cineasta como Luis García Berlanga como principal representante. Entre los primeros roles protagónicos de López Vázquez destaca El pisito, una de las primeras experiencias del italiano Marco Ferreri en el medio, antes de convertirse en un cineasta de culto alternativo.
En aquella película lucía una de sus más recordadas facetas. La del personaje gris, cargado de ilusiones y sus consecutivas frustraciones, manifestadas en sus bruscos movimientos y sus gestos que reinterpretaron muy bien, en la sociedad ibérica, a los de otros camaradas mediterréaneos. Esa suerte de rostro entre amargado y desconcertado, sería aprovechado mejor por algunos autores de los años 70. Pero el estrellato le llegaría a José Luis tiempo antes, en innumerables películas picarescas, mayormente las típicas rutinas chacoteras y estrafalarias que habrían de institucionalizarse en toda la producción de habla hispana.
Siendo un hábil comediante, los mejores roles de López Vázquez son aquellos en los que se muestra más contenido. Un anticipo de ello fue su buñueliano papel en Peppermint Frappé, dirigido por Carlos Saura. Este director fue el que lo llevó a ganarse espacio en proyectos más exigentes como El jardín de las delicias y La prima Angélica, cintas que reflexionaban de manera sutil sobre el específico contexto de la sociedad española en esos últimos años del gobierno de Franco. Entre otros papeles notorios en aquel momento también destacan El bosque del lobo, y Mi querida señorita, la película por la que más lo recordarán el público de su país sin duda.
No podemos dejar de mencionar que el actor también llamó la atención de Hollywood, llegando a tener un rol en Viajes con mi tía, dirigida por George Cukor sobre la novela homónima de Graham Greene. También recordemos que entre sus últimas apariciones se encuentra la que hizo en Luna de Avellaneda, argentino Juan José Campanella.
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