Dir. Kenny Ortega | 112 min | EEUU
Intérpretes: Michael Jackson, Michael Bearden, Morris Pleasure, Orianthi Panagaris, Thomas Organ, Alfred Dunbar, Roger Bashiri Johnson, Jonathan Moffett, Judith Hill, Dorian Holley, Darryl Phinnesse, Ken Stacey, Daniel Yao, Nicholas Bass, Daniel Celebre, Mekia Cox, Christopher Grant, Misha Hamilton, Shannon Holtzapffel, Devin Jamieson, Charles Klapow, Ricardo Reid, Danielle Rueda Watts, Tyne Stecklein, Timor Steffens
Estreno en España: 28 de octubre de 2009
¡Absolutamente espectacular!. En estas fechas de recordatorio de los muertos no podía haber sido más apropiado el estreno, equilibradamente mezclado y sin ápice de morbo, de los últimos ensayos del gran y suntuoso concierto This is It, que Michael Jackson y un eficaz y enorme equipo técnico, entre los que destacan un productor de calado, buenos músicos, entusiastas bailarines y coros estaban ultimando para comenzar una larga gira en Londres, en el O2 Arena. En el actual auge del género documental, llega este homenaje para los que hemos bailado infinidad de veces los Grammys de Michael, somos de su quinta y hemos crecido con él, convertido en el Símbolo de la pista de baile, un ídolo de la evasión, cuyos acordes y grititos hacen mover el esqueleto al instante, incluso sentados en la butaca de un cine.
Michael Forever
¡Absolutamente espectacular!. En estas fechas de recordatorio de los muertos no podía haber sido más apropiado el estreno, equilibradamente mezclado y sin ápice de morbo, de los últimos ensayos del gran y suntuoso concierto This is It, que Michael Jackson y un eficaz y enorme equipo técnico, entre los que destacan un productor de calado, buenos músicos, entusiastas bailarines y coros estaban ultimando para comenzar una larga gira en Londres, en el O2 Arena. No sorprende el hecho de que todas las entradas estuvieran ya vendidas, viendo la crónica del montaje de un espectáculo de tal envergadura, ensayos realizados con todos los medios en el Staples Center de Los Ángeles y The Forum en Inglewood, en California. Si alguien pensaba que Michael estaba acabado, pronto caería en la cuenta que sólo este talentoso artista renace en cada nuevo concierto. Y es que no sorprende la corona que lleva sosteniendo desde niño, es el rey indiscutible del pop. Desprende, visto así de más cerca y cribando tanta prensa amarillista, un halo único e intransferible, ya sea por sus particulares movimientos o body language, sus mítica voz, su estupefacta transformación física, su ritmo acoplado a la música y su entendimiento con el equipo, un equipo que por otra parte le adora, y se siente tocado por la mano de los dioses al participar en semejante proyecto (el entusiasmo adorador de los bailarines es conmovedor, representantes de los fans, fans entusiastas ellos mismos, presagiando la gran cantidad de público que hubiera concentrado el O2 Arena y consiguientes estadios).
En el actual auge del género documental, llega este homenaje para los que hemos bailado infinidad de veces los Grammys de Michael, somos de su quinta y hemos crecido con él, convertido en el Símbolo de la pista de baile, un ídolo de la evasión, cuyos acordes y grititos hacen mover el esqueleto al instante, incluso sentados en la butaca de un cine. Con un sonido perfecto, This is It es un regalo a sus fans, y para todos, una recuperación del ídolo un poco perdido últimamente, donde no caben las críticas porque son improcedentes. Al margen de la “desgraciada” y turbia vida privada de este artista, su talento, perfeccionismo, aura portentosa son visibles en los resultados de sus performances, tal así que quizá sea ese maniático perfeccionismo el que le llevó a buscarlo desesperadamente en el aspecto físico, conduciéndolo a la medicación excesiva y automutilación cosmética. Pero a la música eso le da igual, su voz delicada y casi de castrato nos pone la carne de gallina cuando suenan sus nuevos y sus viejos temas, remasterizados y ampliados, transformados para lo que serían los conciertos del siglo.
Kenny Ortega, productor, director y coreógrafo californiano, descendiente de españoles, que tiene en su haber colaboraciones con Olivia Newton-John, Gene Kelly, Madonna en su Like a Virgin y Material Girl, Cher; que Dirty Dancing le llevó a la fama y ahora maneja todos los High School Musical, se encargaba de llevar a buen término el macroconcierto y repaso de éxitos de Michael Jackson. Con la muerte del mito y la devolución de todo lo vendido y montado, Ortega, Sony y la sociedad Michael Jackson han dispuesto, con buen criterio, un montaje con todo el material grabado de los ensayos del concierto, con un Michael trabajador, muy puntilloso en cuando a todos los elementos concernientes del espectáculo, desde decorados, sonido, luces, vestuario, acompañantes de escenario… Nadie como él podía llevar esas prendas con lentejuelas y sedas, ni mover al viento del escenario unas manos tan expresivas. Esta crónica documental evitará, sin duda, perdidas económicas, pero es más que eso, es un calmante para todos los que esperaban con estos conciertos la vuelta del artista, a pesar de sus cincuenta años, en plena forma a priori y con su aspecto juvenil de niño-hombre. Son unas grabaciones que tienen una natural credibilidad por no ser un rodaje programado para explotarse, al fin y al cabo nadie esperaba la muerte del artista, y a través de las cuales se descubre un Michael más cercano de lo que los medios siempre han dibujado, un Michael suave, quizá en una excesiva pose de sacerdote recomendando Love a todos, como un viejo hippie caído del árbol de los sesenta. Héroe musical, Símbolo que no envejecía, ni lo hará ya nunca, que no vivía más allá de los escenarios, que tuvo la buena o mala suerte de brillar con una luz diferente de la de sus hermanos en aquél grupito de músicos, casi de feria ambulante, Los Jackson Five. Algo de lo que enseguida fueron astutamente conscientes sus padres y apoderados.
This is It iba a ser un recorrido por los principales temas de la carrera del denominado, paradójicamente, innovador artista negro, cuya preparación técnica de cada tema va desfilando por la pantalla, junto a un Michael, bailarines, músicos vestidos de calle. También es la presentación de nuevas canciones, como This is It, un tema de Paul Anka reescrito por Michael, todas recogidas en el doble CD, recopilación más perfeccionada que las que han saturado el mercado desde el pasado 25 de junio. Todos los temas y vídeoclips estaban espectacularmente teatralizados para el concierto, como el de «Smooth Criminal» con la secuencia de Gilda cantando «Put the Blame on Mame» junto a Humphrey Bogart en una escaramuza con Michael. El tema «Bad» resulta sorprendente asimismo por su escenificación de musical urbano, ó la culminación al llegar a «Thriller» en la mitad del documental, ó más allá, la emocionante puesta en escena del tema dedicado a la defensa de la naturaleza, «Earth Song», regalándonos hacia el final la recreación de un sonido más rockero con «Black & White». Las llamas, saltos, grúas, luces, resaltan un making of sofisticado, como el propio Michael cincuentón, intuyendo su esfuerzo por seguir perteneciendo a los fans, por volver a lo que resulta obvio le da la energía y la vida, el escenario. No en vano tantos millones de fans alrededor del mundo han sido selectivos con su memoria y se han quedarse con la mejor parte de este héroe artista, no importa lo que se diga de él, como ya hicieron con otro rey, Elvis Presley.
No he encontrado mejor cita* para declarar mi homenaje de despedida que la de Philip Brophy, critico y director australiano, hablando de la versatilidad de este superviviente, fenómeno posmoderno y poshumano: “Fractura el espacio con tanto regocijo como recompone su propio rostro; fragmenta el sonido con tanta violencia como destruye su cuerpo. No existe una mezcla más absoluta de sonido y de visión que en el ser de Michael Jackson. Ha abandonado nuestro mundo cuando la cirugía plástica está mal vista, la raza debe ser blanca o negra, la música se requiere pura y los videoclips han sido excluidos del cine”.
*Cita extraída de Cahiers du Cinema español, nº26
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