BAFICI 2010: Críticas a «Paraíso»

Tras su presentación a sala llena en el Cine Hoyts Abasto de Buenos Aires, la ópera prima de ficción del peruano Héctor Gálvez comienza a recibir sus primeras criticas en medios y blogs argentinos. Mientras esperamos el 15 de abril, día del estreno en Lima, repasemos lo que dicen los poco concesivos críticos porteños.

En Página/12 Horacio Bernades opina así. Ojo, posibles spoilers:

Paraíso muestra algunas ironías (la de que no haya siquiera a quien robarle, o que el circo que llega al pueblo esté integrado por una troupe de cuatro personas, dos ovejas y un mono araña) más sutiles que otras (el nombre del pueblo). Tan seca como los alrededores (camiones cisterna traen el agua en tanques, y la cobran), tan precaria como las casitas de adoquines irregulares (cuando no son de caña o cartón), recién en su último tercio Paraíso logra despegar de la media conocida de lo que podría considerarse el género de la pobreza latinoamericana. Lo hace a través del personaje de la madre de una de las chicas, que por las noches llora al recordar a su marido alcalde, ejecutado por los terrucos (los miembros de Sendero) y su propia violación de un día entero, a manos de los cachacos (los soldados). Si la intención de su realizador era comunicar abatimiento, sensación de sin salida, no hay duda de que Paraíso logra su objetivo.

En Escribiendo Cine la comentan así:

Gálvez presenta secuencias por momentos un tanto redundantes, que los jóvenes intérpretes asumen con una naturalidad asombrosa. En sus tonos de voz y en los mínimos gestos está la riqueza de un relato que –en la mayoría del metraje- se hilvana sobre planos generales. Los tiempos del film remiten a la impronta del teatro de Samuel Beckett, en donde la espera es asfixiante y las perspectivas de cambio son cada vez más distantes. Se trata de una película “pequeña” en términos técnicos, pero que consigue generar en el espectador una melancolía afín con lo que le sucede a los chicos. Paraíso abrirá debates.

En el blog Micropsia le dan 6 sobre 10, y la comparan con La teta asustada:

¿Más «coming-of-age»? Un poco sí, pero en estilo realista latinoamericano. ¿»Perroniana»? Y, un poquito también. Cinco adolescentes de un barrio bajo de las afueras de Lima tratan de lidiar con sus problemas familiares, de estudios, sus relaciones y el desolador mundo que los rodea. Es cierto, como dice el catálogo, que la película evita el miserabilismo y también que logra cierta gravedad dramática sobre el final. Pero también es cierto que durante buena parte del metraje parece casi un ejercicio entre amigos, por momentos muy mal actuada (uno sabe que no son profesionales, pero igualmente es difícil sacarse de la cabeza el… recitado) y con momentos de comedia algo torpes y banales. Una propuesta que se queda a mitad de camino, aunque sin dudas un trabajo mucho más noble y honesto que «La teta asustada».

En el Blog de la esquina peligrosa también la comparan con -y le cae su palo a- La teta asustada. Otra más en el blog Con los ojos abiertos.

Como curiosidad, la nota de la agencia argentina Télam confunde la locación de la película, la ubica en Ayacucho, no en las afueras de Lima.

Actualización 11 abril: En el diario del BAFICI «Sin aliento» N° 4 vemos que Paraíso anda en el segundo lugar de preferencia del público, solo superada por Ajami:

En el «Sin aliento» N° 2 aparece una reseña al filme peruano:

De repente, el humilde barrio peruano de Jardines del Paraíso es sacudido: el Hombre Araña hace acto, de presencia y de circo. Pero no es el Spiderman azulgrana; es una versión de saldo, emparchada, pero que aun así vuela alto. Y ellos, esos cinco adolescentes protagonistas de Paraíso, lo miran volar, miran cómo su pequeño poder −el de entretener en un circo ambulante− deviene en una gran responsabilidad: darles sueños. ¡Salvar, qué tanto! ¿Salvar de qué y de quién? De esa Lima marginal, de esa tragedia
latente, de la posibilidad de que no se amen entre sí, del hecho de escapar (o vencerse) en esas riñas de calle de tierra y con chicha de fondo. El director Héctor Gálvez filma a los habitantes de su película de la misma forma en que ellos miran a ese Hombre Araña de pacotilla. Y lo hace con la mirada atónita, registrando en cada gesto en el aire lo que allí hay realmente: las ganas de dejar de pisar de forma tan fuerte su día a día.

Yapa: Ya salieron los polos de Paraíso, pidanle uno a Maricielo y a Vanessa.