Glem Ficarra y John Requa son una pareja de productores, guionistas y directores que trabajan conjuntamente. Lo más destacable que se pueda mencionar de su corta filmografía tal vez sea una comedia gamberra y cínica de 2003, Bad Santa. Llegan en época veraniega con un estreno por demás curioso, Phillip Morris ¡te quiero! (I love you Phillip Morris). Aúnan de un plumazo un alegato sobre relaciones homosexuales y el biopic de un mentiroso compulsivo, todo bañado de un aire humorístico sin llegar a definirse dentro del formato comedia en su completa concepción. Tampoco es una cinta romántica en sí, pues posee la acción de la estafa continua. Es algo así como un producto Sundance. Un producto diferente, en todo caso, del costumbrismo de Hollywood. Y he aquí que la casa de la Academia no ha podido aguantar tanto amor ni descaro gay tomado en serio, porque si fuera en broma, problema zanjado.
Dentro de la línea de historias de buscavidas que encauzan el talento que tienen en la otra dirección, la que va al margen de la ley, este Phillip Morris ¡te quiero! tiene mucho en común con Atrápame si puedes de Steven Spielberg, 2002. Ambas suponen el lucimiento actoral de una estrella, allí Leonardo DiCaprio, aquí un Jim Carrey un poco necesitado de tomarse en serio debido a su baja estrella. Quizá por ello se ha metido en este berenjenal indie. Ambas ficciones hablan de la gran mentira que montan a su alrededor sus protagonistas, mentira que incluye a todos, sus familiares, amigos y amores y hasta a ellos mismos, y tienen su base en la realidad, o al menos eso es lo que nos dicen, por increíbles que parezcan como ésta situada en Texas.
Claro que mientras Spielberg se aupaba al clasicismo, la cinta de Ficarra y Requa arriesga, y mucho. Lo que comienza como una película costumbrista, una familia de bien, religiosa, ella ama de casa, policía él (Steven Russell/Jim Carrey), una hija, acaba por transformarse totalmente cuando Steven descubre la primera mentira: fue adoptado y cuando encuentra a su madre, ésta le ignora. A partir de ahí irá poco a poco desvelando sus cartas, aunque no todas. Confiesa, a la cámara y a su familia que es gay desde siempre y se lanza a una vida digamos más abiertamente gay, con pareja incluida. Pero lo que no cambia es la continua estafa de Steven con respecto a su forma de ganarse la vida, que ahora le sale más cara. Esto le lleva a la cárcel donde conocerá a un mimoso y suave Phillip Morris/Ewan McGregor del que se enamorará, metiéndose en toda una serie de rocambolescas visicitudes por estar con él. Pero el problema es que no siempre dice la verdad, ni a nosotros tampoco, en la línea de aquella otra producción de Soderbergh, ¡El soplón!, 2009.
El guión está basado en el libro de un periodista del Houston Chronicle, Steve McVicker. El francés Luc Besson está detrás de la productora Europa Corp, que ha apostado por la audacia cinematográfica de esta pareja de directores, quienes se han servido de dos stars como Carrey y McGregor para dar bombo y consistencia a una historia que hubiera pasado más desapercibida de la publicidad. En América parecen haber sentenciado que no es bueno para los dos actores meterse en estos papeles tan gays. No les gusta ver a Carrey fuera de sus caracteres de payaso del reino, (tampoco les gustó en la genial Eterno resplandor de una mente sin recuerdos de Gondry), y aquí, al parecer, les han asustado ciertas escenas de sexo, como la del cowboy, a partir de la cual el espectador descubre una de las cartas de Steven.
Carrey demuestra una vez más que sabe hacer algo más que mimo y flexiones faciales, consiguiendo ser convincente en la performance de un embaucador, mentiroso y tramposo, provocando que el estado de Texas no quede muy bien parado que digamos. Curiosamente ha pasado directamente a interpretar al ex presidente Ronald Reagan en su siguiente trabajo, aún por estrenar, Presidential Reunion, de Ron Howard.
Dir: Glenn Ficarra y John Requa | 102 min. | EE.UU. – Francia
Intérpretes: Jim Carrey (Steven Russell), Ewan McGregor (Phillip Morris), Leslie Mann (Debbie), Rodrigo Santoro (Jimmy Kemple), Nicholas Alexander (hermano de Steven), Michael Beasley (guardia), Tony Bentley (cliente racista), Allen Boudreaux (sheriff), Sean Boyd (policía), Brennan Brown (Larry Bukheim), Marcus Lyle Brown (doctor).
Estreno en España: 13 de marzo de 2010.
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