El diario El Peruano publica un extenso informe sobre las malas prácticas en las que incurren algunas distribuidoras de películas en nuestro país, y que motivaron un comunicado reciente de la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica – APRECI, alertando al público y a los aficionados sobre el caso específico de la empresa Eurofilms Perú y sus lanzamientos de las cintas Thirst («Rito diabólico»), The Barney’s Version («Un novio para tres esposas»), y la recién estrenada Habemus Papam («Un Papa en apuros») del director italiano Nanni Moretti.
El artículo no solo hace un recuento de estos malos hábitos de promoción cinematográfica, que comprenden alteración de títulos de películas y afiches originales y publicidad engañosa en los medios, también se refiere a otros casos de lanzamientos de filmes sin su versión en idioma original (como ocurrió con «Paul» de Greg Mottola y «Un zoológico en casa» de Cameron Crowe, actualmente en cartelera).
También rememora una denuncia anterior de la APRECI a la distribuidora United International Pictures (UIP) cuando en el 2007 exhibió copias censuradas de La mujer de mis pesadillas, comedia de los hermanos Farrelly.
La nota periodística elaborada por José Vadillo recoge opiniones de críticos y periodistas sobre estos casos, que citamos a continuación:
Sebastián Pimentel: «Me parece una práctica poco ética en la medida en que se hace una publicidad engañosa y se ofrece en los afiches un producto como algo que no es en realidad. Se vende una película con publicidad engañosa».
Gabriel Quispe: «A veces las distribuidoras de películas norteamericanas difunden por meses publicidad de cintas que finalmente nunca estrenan. U otras, que se estrenan casi clandestinamente, sin publicidad. El espectador debe de estar como un detective cada semana viendo qué estrenos hay. Las distribuidoras han de tener presente que se debe respetar la concepción de una película en su exhibición comercial y no estrenarla de cualquier manera. Pero si se estrenan películas con títulos totalmente distintos y con elementos publicitarios que alteran las cintas, ¿cómo se puede construir ese público? No solo es un despropósito contra las obras artísticas sino también es contraproducente para los intereses comerciales de las empresas que comercializan estos productos».
Ricardo Bedoya: «Presentando la película de Moretti como una comedia convencional confunden al público y provocan la decepción o el rechazo de cierto sector de los espectadores que espera otra cosa. Pero, sobre todo, ahuyentan al público objetivo, al «blanco» al que deberían apuntar con una película así».
Rodrigo Portales: «Lo que logran con estas malas prácticas de publicidad a la hora de presentar una película, alterando afiches con el fin de atraer más espectadores, es confundir al espectador, que al final éste resulte engañado. Otra mala práctica habitual que se ve mucho últimamente es que solo llegan versiones de películas dobladas y ponen las copias subtituladas «arrinconadas» en horarios difíciles, en pocas salas. Lo que reduce el número de opciones de quienes quieren ver una película en idioma original y con subtítulos».
Pese a los reclamos, Eurofilms persiste en sus prácticas de timar al espectador atrayéndolo a las salas con promociones que distorsionan de manera burda el sentido de una película. Esta semana, por ejemplo, distribuyó el filme catalán Elöise, de Jesús Garay, un drama de amor lésbico, con el título de Juegos prohibidos, desfigurando así el título y poster originales.
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