Rodar contra todo es el título del primer largometraje documental de la joven cineasta limeña Marianela Vega.
El filme acompaña a los jugadores del primer equipo de rugby en silla de ruedas del Perú, singular deporte conocido como quadrugby. A través de este documental seguiremos el proceso de crecimiento del equipo, conociendo los sueños y motivaciones que los llevan a luchar diariamente, dentro y fuera de la cancha.
Esta película obtuvo el premio de Postproducción del Ministerio de Cultura, con el cual logró completarse hace unos días. Aun no tiene confirmada fecha de estreno en festivales o en otras pantallas.
Marianela Vega Oroza es una destacada documentalista, cuyos trabajos han recibido diversos premios en festivales nacionales e internacionales, incluyendo el Concurso Nacional de Cortometrajes y el premio a Mejor Cortometraje en el Festival de Lima.
Los trabajos de Marianela hasta el momento se han caracterizando por tener un acercamiento personal a temas de identidad, familia y memoria. A continuación conversamos en extenso con la directora de Rodar contra todo:
Marianela, ¿cómo llegaste al quadrugby? ¿Cómo se dio tu interés por este deporte?
Al quadrugby llegué de casualidad. Mi papá leyó un artículo de periódico donde hablaban sobre el primer equipo de rugby en silla de ruedas en el Perú. En la foto salía Manuel Benavides, entrenador del equipo y amigo mío del colegio. Al verlo en la foto, mi papá recortó el artículo y me lo pasó. Me dio mucha curiosidad, llamé a Manuel (a quien no veía hace varios años) y fui a ver un entrenamiento. Ese día conocí a Los Tumis, que es como se llama el equipo, y al final del entrenamiento me invitaron a subirme una silla y jugar un partido con ellos. Fue una experiencia muy paja y algo se activó en mi.
Ahí mismo decidí que tenía que contar su historia. No sabía aún que sería mi primer largometraje. Yo venía trabajando un guión de ficción desde hacía un par de años, una historia familiar con un acercamiento íntimo, algo más cercano a lo que he hecho en mis cortos. Pero en ese encuentro empezó todo. Creo que fue una combinación entre la sorpresa de ver un grupo de personas (hombres y mujeres) en silla de ruedas que juegan a estrellarse con sus sillas, que realmente sienten pasión por el juego y que no se ven a sí mismos como discapacitados; y la curiosidad de cineasta por la historia de cada uno, por saber como era su vida fuera de la cancha. Y pasó algo gracioso en realidad, yo acababa de donar sangre ese día y de ahí me pasé al entrenamiento. No había comido y me olvidé que no debía hacer ejercicio. Luego de jugar un rato me descompuse y me desmayé por unos segundos, hasta ahora ellos me siguen batiendo con eso. Pero a partir de ese día empecé a ir a los entrenamientos, primero a observar y luego a registrar. Y sin darme cuenta ¡ya había empezado el rodaje!
¿Cómo fue el proceso de realización? ¿Desde cuándo vienes trabajando en esta película?
Empecé en el verano del 2013. Al principio fuimos un equipo muy pequeño. Éramos Adrián Portugal en la dirección de foto y yo en todo lo demás! Luego se incorporó Pedro Egusquiza como asistente multifacético y terminó siendo mano derecha de Fabiola Sialer en la edición más adelante.
En julio del 2013, «Los Tumis» viajaron a Medellín a su primer campeonato internacional. Cuando me enteré del viaje, decidí que tenía que ir con ellos. Era algo que no se iba a repetir y si esperaba a tener presupuesto y un equipo más grande, me lo iba a perder. Así que recurrí a buenos amigos realizadores que me prestaron equipos y me compré un pasaje en el mismo vuelo del equipo. Fue una experiencia mostra. Como fui sola, yo era a la vez cámara, sonido, dirección y producción. Fue estresante pero a la vez riquísimo. Quizás porque ya había pasado tiempo desde mi anterior realización, la sensación de tener la cámara en las manos me llenó de energía y adrenalina. Grababa todo el día sin parar, ellos me decían “la paparazzi” (risas). Fueron varios días de convivencia y de compartir sus primeras victorias y derrotas como equipo. En el viaje los pude conocer más y ellos a mí y creo que eso fue importante para el documental.
Ya de regreso en Lima continué registrando los entrenamientos, campeonatos y también algunos momentos de su vida fuera de la cancha. Pero no había presupuesto para grabar todo lo que hubiera querido. En agosto del 2014 armé un primer corte del documental y ganamos el premio de DAFO para postproducción. Ese premio ha sido clave. Hemos podido rodar material adicional, el equipo creció y yo pude volver a mi rol de directora y tener una mirada con más perspectiva. Entró Carlos Sánchez a tomar la posta en la fotografía, Fabiola Sialer como editora, Carito Denegri para en el diseño de postproducción y distribución, que es algo que estamos trabajando ahora. Armar el nuevo corte del documental nos tomó casi 5 meses y luego vino el proceso de post, que he disfrutado muchísimo como directora. El trabajo de diseño y mezcla de sonido de Rosa María Oliart y su equipo ha hecho crecer tremendamente al documental, al igual que la colorización y todo el trabajo de post de imagen.
Lei que en algún momento mencionaste el documental «Murderball», que también es sobre quadrugby. ¿Fue esa película una influencia en la tuya? En todo caso, ¿qué influencias tuviste al hacer «Rodar contra todo»?
Mencioné «Murderball» como una referencia, más que una influencia, porque ambos documentales son muy distintos tanto en la forma de narrar las historias como la propuesta estética. Lo que tienen en común es que ambos giran en torno al quadrugby (que antes se llamaba murderball). Murderball -el documental- sigue a dos equipos de quadrugby que tienen muchos años de experiencia -el equipo canadiense y estadounidense- a lo largo de varias competencias hasta llegar a los Juegos Paralímpicos. En el caso del equipo peruano, tienen apenas dos años de formación y las condiciones para practicarlo son totalmente distintas a las de los jugadores norteamericanos. Por otro lado, en Norteamérica la vida de los jugadores fuera de la cancha es muy distinta. Las ciudades en ambos países están habilitadas para personas en silla de ruedas, hay conciencia ciudadana al respecto y alguien en silla puede desenvolverse con normalidad. En el Perú esto es totalmente distinto. Y sin embargo, como en todo, se sigue viviendo y rodando.
En tus películas previas a «Rodar contra todo» predominaba un acercamiento autobiográfico, y también la figura femenina. Al parecer tu primer largo se aleja de eso. ¿Esto es así?
Bueno sí, definitivamente este no es un documental autobiográfico ni tiene a la figura femenina como eje (imagino que al mencionar lo femenino te refieres sobre todo a «Conversaciones I y II»). Hay algunos personajes femeninos y eso fue una de las cosas que me llamó la atención del quadrugby, que sea mixto. Pero no es lo central. Creo que en cuestiones estéticas y en proceso de realización, «Rodar contra todo» es muy distinto a mis trabajos anteriores.
Lo que te puedo decir es que cada uno de mis proyectos cinematográficos corresponde a un momento particular en mi vida y siempre han partido de una necesidad muy fuerte por explorar y contar algo. Y esta vez, mientras andaba escribiendo otro proyecto de ficción, que podríamos decir que gira más en torno a los temas que he explorado antes, llegó el quadrugby casi de casualidad y algo conectó conmigo de inmediato.
Y no sólo fue el deporte sino quienes lo practican. Algo de la forma que tienen de afrontar la vida los jugadores y jugadoras de este equipo, me cautivó. Su capacidad de levantarse de situaciones tan difíciles como las que les ha tocado vivir, y de “seguir rodando” y viviendo como cualquier otra persona, sin quejarse ni victimizarse, disfrutando y apreciando todo. Siento que han adquirido mucha sabiduría al haber pasado por el proceso de caer, levantarse y aceptarse. Me ayudó a poner varias cosas en perspectiva. Y sentí la necesidad de conocerlos y contar su historia, así como otras veces sentí la urgencia de explorar parte de mi propia historia, o de acercarme a temas como la identidad, la familia o lo femenino, a partir de mi experiencia o de mi entorno familiar. Quizás no sea tan evidente para algunos pero yo encuentro mucho de mí y de mi sensibilidad como cineasta en «Rodar contra todo». No sé cuanto de eso se lea hacia afuera. Pero esa mirada que muchas veces ha estado enfocada a mis propios procesos, es la misma que se ha enfocado ahora en este grupo de personas, que además son jugadores de quadrugby.
¿Cuáles son los planes inmediatos con la película? ¿Se estrenará en algún festival, nacional o internacional?
Aún no te puedo adelantar mucho al respecto. Pronto tendremos novedades y las anunciaremos en nuestra página de Facebook. Lo que sí puedo decirte es que la idea es que se muestre lo más posible en todos lados y con todos los públicos, en Perú y fuera. La película tiene un objetivo que va más allá de los logros cinematográficos, que obviamente también buscamos y confiamos en lograr. Pero quisiera que los espectadores puedan compartir el proceso que he tenido como directora y que creo que hemos tenido de alguna forma todos los que hemos trabajado en este proyecto, el poder ver la vida desde el punto de vista de alguien que la vive sobre ruedas, no sólo un punto de vista visual y sonoro (que fue uno de los objetivos a nivel estético) sino poder realmente entender su experiencia y aprender de ella.
Por otro lado, espero que ayude a visibilizar a estos deportistas y que puedan lograr el apoyo que están buscando, ya que el proyecto que los financiaba ha concluido.
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