NN, segunda producción del director y guionista, Héctor Gálvez, es una gran película. Desde la primera escena el director le imprime su sello, un estilo muy personal. Existe un muy buen trabajo en el manejo de los silencios, miradas, gestos y detalles. Paul Vega carga con el peso de la película sobre sus hombros y se luce en el rol protagónico, interpretando a un antropólogo forense frío, distante y hasta ausente por momentos, bien apoyado por correctas actuaciones de los personajes secundarios.
Estética y técnicamente la película es impecable, enmarcada con una musicalización de primera a cargo de Pauchi Sasaki, que confirma el buen trabajo musical también realizado en otros filmes peruanos recientes, como Perro Guardián o Climas.
La película relata el trabajo diario de un equipo de antropólogos forenses a cargo de una serie de exhumaciones de cadáveres con el objetivo de encontrar la identidad de personas desaparecidas hace más de dos décadas como consecuencia de la violencia y guerra interna que se desarrolló en nuestro país en aquella época. Tema tan doloroso como necesario, pero todavía incómodo para algunos.
El cine peruano tiene un tema recurrente que es el del terrorismo y sus consecuencias. Pero esta vez lo aborda desde otra perspectiva, un tanto más distante, al punto que ni siquiera se le menciona. Se trata de una perspectiva muy humana, dura y hasta por momentos desgarradora. La película transmite con mucha eficiencia ese inmenso dolor de aquel que ve pasar los años cargando una pena tan fuerte y profunda por no haber podido cerrar una herida. Estamos ante una historia notable, por momentos sombría y profunda, pero para nada lenta ni aburrida. Es un filme que te deja pensando y con un nudo en la garganta.
Héctor Gálvez enciende aún más la luz que nos indica que el cine peruano se refresca y donde debería primar más la calidad (como es el caso de la película en mención) que la cantidad. No es cuestión de romper récords de estrenos de películas nacionales año tras año, ni que todos los jueves tengamos 2 ó 3 estrenos. Se trata, dentro de lo posible, de aspirar a contar con producciones sólidas y potentes, que cuenten buenas historias bien sostenidas.
De esta manera, NN – Sin identidad se convierte junto a Magallanes en la propuesta de mayor valor del cine nacional en el presente año. Justificando así sus merecidas nominaciones para entrar a la carrera por los reconocidos premios Oscar y Goya, respectivamente.
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— Cinencuentro (@cinencuentro) September 9, 2015
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