La tranquilidad de un apacible y aburrido barrio de Michigan se ve interrumpida cuando una confundida adolescente sube rauda a su auto y huye de casa. En la siguiente escena, la vemos en la playa (lugar frecuente de roces amorosos), despidiéndose de sus padres en medio de la oscuridad de la noche. Y luego viene lo inexplicable, lo brutal, que te persigue incluso después de haber terminado la película. Y algo, que al igual que el sexo, te deja con ganas de más, de seguir investigando, de ver a dónde va a llegar todo.
Y menciono al sexo porque ese es el tema principal de It Follows (Está detrás de ti, 2014), película del joven director David Robert Mitchell, donde la amenaza no sólo se encuentra ahí donde uno piensa que se está seguro (el vecindario o dentro de tu propio hogar), sino que te persigue a todas partes. Y cada vez se acerca más. Puedes huir, mas no esconderte. Y lo que es peor: se propaga, como una ETS. Es tiempo de cuidarse.
En «It Follows», Jay (Maika Monroe) es una adolescente algo parca, aún inocente, cuyo cuerpo desea ser explorado y despertado por quien ella cree es el chico de sus sueños. La tan esperada pérdida de la virginidad sucede en uno de los lugares más estereotipados: el asiento trasero de un carro (y como sucede en muchas películas, hace el amor sin quitarse el brassiere). Esa primera experiencia, más que agradable o decepcionante, resultará ser dura, y hasta peligrosa para ella. Después de ese primer encuentro (en el cual el muchacho le advierte del peligro que corre y de la amenaza que empezará a perseguirla, tomando diversas formas humanas) a Jay no le quedará más remedio que huir. Es eso… o morir.
Sin embargo, no está sola en su lucha por sobrevivir: su hermana y sus amigos la acompañan en su travesía. Podrían fácilmente tildarla de loca, pero son sus amigos y le creen, pese a que no pueden ver a su amenaza, pese a que su lucha es personal. No los persigue a ellos, la quiere a ella. Es perseguida por una fuerza inexplicable, que no puede ser vencida a través de las armas tradicionales. No hay cuchillos, machetes, o pistolas que valgan: este es un personaje que “muere” sólo para volver a levantarse.
¿Existe alguna forma de liberarse de la maldición? Sólo una… y no es definitiva. Una vez que ella tenga sexo con alguien más. El “ente” dejará de perseguirla e irá tras el “incauto”. ¿Habrá alguien realmente interesado en Jay como para arriesgar su vida por ella? ¿O tendrá que engañar a alguien, como lo hicieron con ella, para liberarse de la maldición? Sea como sea, podemos resaltar en It Follows una alusión a epidemias como la del SIDA: la contraes (y la propagas) muchas veces sin saber…. O incluso, con conocimiento.
Algo que también he de destacar de “It Follows” es que pide prestado elementos del cine de terror slasher (sin serlo: les aseguro que no verán un solo objeto punzocortante en toda la película) subgénero que nació en los años 70 y fue explotado hasta el hartazgo en los 80s, mezclándolo en este caso con elementos de películas sobrenaturales como “El Íncubo” (1981), y Superstición y “El Ente” (ambas de 1982). Los movimientos de cámara son lentos, al igual que los paneos. La excelente musicalización, muy a lo película de Carpenter, se convierte en otra protagonista de la historia.
Cuando piensas que la suerte está echada en este género y no te queda otra opción más que ver y reseñar tontas y repetitivas películas sobre casas embrujadas y posesiones satánicas, surge una pequeña película como “It Follows”, dispuesta a sorprenderte, a perseguirte y a meterse en tu sistema como un virus. Y con esperanza, piensas que quizá no todo esté perdido.
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