Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que me sentí verdaderamente incómodo luego de ver una película de terror. Tanto así que me quedé preguntándome: “qué es lo que acababa de ver”. La respuesta es sencilla y una sola: había visto la mejor cinta de horror del año y tal vez de los últimos tiempos. Su nombre, definitivamente, estará en mi colección (en primera fila). Señoras y señores, denle la bienvenida a Esta detrás de ti (It Follows).
El argumento se centra en una chica de 18 años llamada Jay, que está muy enamorada de Hugh, y luego de varias citas, había llegado el momento de tener relaciones sexuales. Lo que Jay no se imagina es que Hugh, luego de este placer, la adormecería y al despertarse, este le explica que tuvo que hacerlo porque cargaba con una maldición y el sexo es lo único que podía salvarlo.
Dicha maldición es la aparición de un ente sobrenatural que persigue a la persona de forma lenta y pausada, que puede tomar la forma de alguien conocido u otra persona, y si llega a alcanzarte, te provocara una muerte segura. Él le aconseja que ella haga lo mismo cuanto antes si es que desea seguir viviendo, y como es lógico ella se siente confundida al respecto hasta que ve las terribles apariciones que no la dejan vivir tranquila. Tratará de hacer todo lo posible, con la ayuda de sus amigos, para que su vida vuelva a la normalidad, aunque en el fondo, ella sabe cuál es la única solución.
En principio, se puede deducir que el filme se basa en la premisa de El Aro, solo que aquí cambiamos la cinta de video por el sexo, y se convierte en una especie de juego de “te la paso y tú la llevas”. Puede ser que la trama sea algo simple y tonta, pero si la sabes ejecutar puede salir algo magistral, como en este caso.
Ese tono de originalidad es lo que le ha imprimido David Robert Mitchell, un director novel que procede de la escuela indie, quien ha sabido conjugar su experiencia al haber visto cintas como Halloween o Déjame Entrar, y construir un relato donde no hay sustos fáciles como cualquier película slasher o de alguna hecha a base del found footage, donde sabemos de la A a la Z lo que va a ocurrir. En cambio aquí, se toma su tiempo y empieza a darnos poco a poco las pistas para introducirnos en la historia y ser parte de ella y convertirnos en los verdaderos protagonistas.
El inicio es interesante, al hacer un paneo de una zona suburbana (como en «Halloween») donde todo parece tranquilo y de pronto vemos que da un giro de 180 grados cuando sale una chica despavorida de su casa y la cámara la sigue en un plano secuencia, hasta que se sube a su auto y se va a la playa (lo que sigue lo tendrán que ver por si mismos). Desde este punto, podemos darnos una idea de lo que puede venir, hablando desde un aspecto audiovisual.
Mitchell utiliza muy bien la cámara y sabe dónde colocarla y cómo provocar los sustos en el momento apropiado. Como dicen “lento, pero seguro”, especialmente, cuando el ente hace sus apariciones (un tono a lo Michael Myers), como por ejemplo en la escena en el cuarto de Jay. Un pase de vueltas realmente.
Un aspecto llamativo de la cinta es su ubicación en el tiempo, ya que mezcla muy bien las épocas, podríamos situarnos en la actualidad por algunos detalles, como el smartphone shell de una de las chicas, pero otros elementos del filme nos transporta a los años 70, 80 ó 90, al ver autos clásicos, televisores analogicos con antena de conejo, cintas de VHS, películas en blanco y negro o ver un cine de barrio, como los de antaño, donde daban una sola película. Nostalgia pura.
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Una historia no funciona si sus protagonistas no cumplen, y la actuación de Maika Monroe como Jay logra a cabalidad con lo que el director quería, ya que somos testigos de su “transformación”: cambio de actitud, estrés, preocupación, desesperación y miedo.
El resto, que lo componen los amigos de Jay, hace su parte sin explotar y cumplen con lo justo y necesario. Un protagonista que no se ve, pero está presente cuando se le requiere, es la música, sobre todo en los momentos donde el mal aparece. Unas melodías simples como los temas al estilo John Carpenter.
«Está detrás de ti» es una joya que así nada mas no te la encuentras. Muchos han coincidido en que es la mejor película del género del año (o en años) y con razón. Lamentablemente, su punto en contra, es que tal vez muchos no sepan de su existencia de inmediato porque no es Actividad Paranormal o “Viernes 13”, que pertenecen a subgéneros populares y establecidos en la cultura popular, pero si a uno le gusta el cine, tiene la obligación de verla sí o sí.
Si para muchos, «El Conjuro» está en un pedestal como una gran película que te asusta, valorarán el doble o triple de veces a It Follows, que apela más a lo psicológico y dejando lo visual en un segundo plano. No importa si la ves en el cine o en tu casa, la sensación que tendrás después es la de alguien que piensa que algo “está detrás de ti”.
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