La llegada de «El Conjuro» en el 2013 demostró que las películas de terror podían nuevamente ser tratadas como productos serios, hechas basándose en un argumento sólido, cambiando así la mentalidad de la gente con respecto al género de horror. Es por eso que la película fue aceptada y alabada por la crítica, distinguiéndose de aquellas cintas con las que todo el mundo se acostumbró a sentir miedo, a través de sustos efectistas propias del slasher o el gore.
Lo sorprendente de «El Conjuro» es que también fue muy vista por aquellas personas que no son asiduos al cine de terror, ya sea por no quedarse fuera de la moda o por algún otro atractivo que encontraron en la película. Era esperable entonces que se anuncie rápidamente una secuela. Lo negativo de este tipo de apuestas es que muchas veces se deja de lado el planteamiento original. Afortunadamente, en esta oportunidad esto no sucedió eso: «El Conjuro 2» mantiene el buen nivel que tuvo su antecesora.
La trama en esta oportunidad se centra en un nuevo caso de los esposos expertos en lo paranormal, Ed y Lorraine Warren, un evento llamado “El caso de poltergeist de Enfield”. En este hecho ocurrido en Inglaterra en 1977, una pequeña niña de once años llamada Janet Hodgson fue poseída por un malévolo espíritu que le hacía tener un comportamiento muy extraño. A tal punto fue dicha posesión que Janet podía levitar y hasta desmaterializarse. Los Warren son llamados por la iglesia para que investiguen este caso y corroboren si es que dicho evento es real. Lo cierto es que ellos mismos comprobarían que este fue uno de los casos más escalofriantes que les habían tocado en su vida.
Como vemos, al igual que en la primera entrega, la historia de El Conjuro 2 se centra en una familia que es asediada por un malévolo espíritu y que posee el cuerpo de uno de sus integrantes, que también es el de una mujer. James Wan parece presentarnos al núcleo familiar como el elemento más importante cuando se debe sobrellevar problemas serios, aun si en casos como este la figura paterna está ausente.
Muchos podrían alegar que la primera media hora del film mantiene un ritmo pausado, sin demasiada acción, a pesar que sí tenemos escenas que pueden llegar a asustarnos. Creo que esto sirve para conocer a los personajes, sobre todo a los nuevos rostros, y descubrir así el camino que nos plantea Wan. Aquí también se ofrece una mirada desde otro ángulo a los Warren quienes, como la gran mayoría de personas, empiezan a cuestionar su experiencia en el área de lo paranormal.
Algo que sí se puede objetar es la falta de identificación con el lugar donde ocurren los hechos. Si bien sabemos que la historia se desarrolla en Inglaterra, no se perciben elementos de la sociedad inglesa más que en el habla de algunos personajes (suerte para los que vimos la película subtitulada), o con la pequeña introducción musical a cargo de “The Clash”. Si quitamos esos elementos, esto bien pudo haber ocurrido en Estados Unidos o en otro lugar del mundo.
También reconocemos que en esta producción se manejó un mayor presupuesto, empezando por la duración (un poco más de dos horas), al igual que por el uso de algunos efectos especiales más elaborados, y por un trabajo de maquillaje destacable. Los actores en general mantuvieron un buen nivel, resaltando a la pequeña actriz Madison Wolfe en el papel de Janet Hodgson, quien pese a su corta edad se sometió a una fuerte carga emocional. Mientras que lo de Frances O’Connor en el papel de la madre, fue casi un calco al rol de Lili Taylor, la actriz que interpretó a la madre de «El Conjuro». Incluso físicamente tienen cierto parecido.
Por último, un dato curioso que se puede extraer del filme es que este caso paranormal puede haber sido uno en los se haya basó Steven Spielberg y compañía para la realización de la clásica Poltergeist (1982), sobre todo por un evento que vemos en una escena en particular en «El Conjuro 2» . Una tarea para la casa para los fans de la película.
Es una satisfacción que todavía existan personas dentro de la industria que respeten al género de terror, tal como en su momento lo entendieron maestros como Wes Craven o John Carpenter. Es por ello que agradezco a James Wan por darnos este aliento de esperanza. «El Conjuro» 2 es un film de interés, asusta (y muy bien) y logra mantenerte en tu asiento ansioso por más emociones. Espero que de realizarse, la tercera parte de esta saga sea llevada con el mismo profesionalismo que esta secuela.
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