Después de sendos retrasos -la película inicialmente iba a ser estrenada en junio; luego fue pospuesta a julio, y finalmente se dió en agosto—, por fin tuve la oportunidad de ver «Dos Tipos Peligrosos» (The Nice Guys), de Shane Black (Arma Mortal, Kiss Kiss Bang Bang, Iron Man 3). Si bien no es la combinación perfecta de humor, acción y violencia que esperaba, resulta ser una de las cinta más divertidas que he visto en lo que va del año. Muy bien actuada y por momentos hilarante, «Dos Tipos Peligrosos» pierde puntos en lo que se refiere a trama y estructura de guión, pero gana en originalidad.
A pesar de ser principalmente una comedia, este film contiene elementos de thriller y de historias tipo neo noir. La historia se desarrolla en Los Ángeles de la década del 70, en un ambiente repleto de celebridades, prostitución, sexo, delincuentes y detectives. La trama no es nada del otro mundo, pero está llena de detalles que le otorgan mucha verosimilitud al filme. ¿Mi favorito? Presenten atención, y notarán un póster de «Tiburón 2» en una de las escenas. Yo sé, no es nada importante, pero no pude evitar sonreír como un niño al verlo.
Russell Crowe interpreta a Healy, un “mensajero” que entrega sus “mensajes” a través de puñetazos, patadones y hasta cuchillazos. No es una mala persona, necesariamente, pero no tiene miedo de matar gente si es necesario. Ryan Gosling interpreta al Detective Privado Holland March, quien se encuentra investigando el caso una joven llamada Amelia (Margaret Qualley), quien a su vez, ha contratado a Healy para evitar que March continúe siguiéndola. Sin embargo, ambos profesionales descubren que quizás haya más detrás de lo que dice Amelia, por lo que después de un primer encuentro algo duro, deciden unir fuerzas y descubrir exactamente qué es lo que está sucediendo.
Su curiosidad eventualmente los lleva a conocer a una oficial importante del gobierno (Kim Basinger), quien resulta ser la madre de Amelia, así como involucrarse en un caso relacionado a una estrella porno asesinada y muchos otros personajes cuestionables. Unos de estos es el matón John Boy (Matt Bomer), quien se dedica a perseguir a nuestro curioso dúo, mientras la hija de Holland, Holly (Angourie Rice) los acompaña, por más que su padre trate de dejarla en casa.
El principal atractivo de «Dos Tipos Peligrosos» está en los diálogos, y en los personajes principales. La trama contiene elementos del neo noir que se sienten bien más por el ambiente en el que se desarrolla la historia, que por la estructura de la misma. Sin embargo, a final de cuentas, la trama resulta ser predecible —a pesar de ser un “misterio”, ningún giro resulta ser particularmente sorprendente, y me aburrió un poco por momentos (especialmente durante el segundo acto).
Lo que vale aquí son los diálogos escritos por Black, que transmiten harta inteligencia y mucho humor. El sarcasmo de Healy contrasta perfectamente con el pánico y relativa inocencia de March, lo cual resulta en momentos verdaderamente hilarantes —ambos personajes están muy bien construidos, algo caricaturescos, pero suficientemente humanizados como para que uno se pueda identificar con ellos (especialmente con March). Algunos agudos intercambios tienen poco que ver con la trama, pero uno los perdona simplemente por lo graciosos que resultan ser. Y cuando Black aprovecha al máximo la torpeza de sus “héroes”, logra presentarnos momentos muy originales y divertidos. (Consideren la secuencia en la que March y Healy tratan de deshacerse de un cadáver).
Ryan Gosling y Russell Crowe dan actuaciones formidables. El primero prueba que tiene un mejor ritmo cómico de lo que uno esperaría. A diferencia de los personajes que usualmente interpreta, March es un tipo torpe pero bien intencionado, atractivo pero algo idiota. Se trata de una interpretación muy enérgica y divertida (y quién lo diría, pero Gosling es realmente convincente cuando es apaleado y tiene que gritar cómicamente). Crowe interpreta a Healey como un tipo más duro, más serio, alguien que contrasta a la perfección con March. Russell Crowe le inyecta suficiente vulnerabilidad, sin embargo, como para que no se convierta en un robot sin sentimientos.
No obstante, quien verdaderamente se roba el show es la Holly de Angourie Rice. Su actuación, aunque algo cruda, exuda carisma encanto, y su química tanto con Gosling como con Crowe es muy convincente. Holly es una de esas niñas agrandadas que muy seguido vemos en las películas, es un personaje algo choteado, pero que Rice logra convertir en alguien verdaderamente recordable. Muchas veces, los personajes infantiles que claramente han sido escrito por adultos que no saben cómo hablan los niños resultan ser desesperantes, pero felizmente ese no es el caso de Holly. Ayuda también que, por momentos, sea más útil y madura que su padre.
El look de la película es bastante retro, después de todo, se desarrolla en una época muy particular, un período de la década del 70 en donde se favorece todo lo raro y sórdido, desde estrellas porno hasta prostitutas y mafiosos con peinados raros. Shane Black no tiene miedo de insertar momentos extraños en una película que ya de por sí es bastante peculiar. Por ejemplo, la secuencia del sueño que involucra a un insecto parlante. La música combina muy bien tanto con el período en el que se lleva a cabo la historia como con el desarrollo de la trama, y las secuencias de acción están bien filmadas. (Aunque por la naturaleza algo disparatada de la cinta, no generan tanta tensión).
«Dos Tipos Peligrosos» es un homenaje a una era muy específica, una época previa al mundo digital, llena de películas porno caseras, y mucho sexo y violencia. El filme es refrescante no solo porque su cuota de exagerada violencia (definitivamente es para mayores de 18 años), sino también porque es graciosísima y original. No es una secuela, ni un remake, ni un reboot, ni una adaptación, razón por la cual le ha ido pésimamente en la taquilla mundial. Es una pena, si hay una película este año a la que verdaderamente le desearía una secuela, es «Dos Tipos Peligrosos».
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