Estrenada el sábado pasado en el Festival Transcinema 2016, el nuevo documental de Mauricio Godoy, El nudo de la corbata, nos presenta una exploración en la vida y mente del actor teatral Alejandro Córdova, personaje que es al mismo tiempo coautor de esta película.
Sinopsis: “…mi papa es el que concibe, mi hermano es el que fía, porque tiene fe y yo soy el que proyecta, porque yo proyecto al personaje, y tú… eres el que registra”.
El nudo de la corbata se introduce en la complejidad de Alejandro, una mezcla de pensamientos en voz alta y una excedida performance revelan su labor actoral y su problemática.
– El documental se presenta fuera de competencia en la sección Transandina del mencionado festival, y se podrá ver este martes 6 a las 7:00 p.m., en Sala Robles Godoy del Ministerio de Cultura. A continuación conversamos con Mauricio Godoy, director de El nudo de la corbata:
Mauricio, ¿cómo se originó la idea de hacer una película en conjunto con el actor Alejandro Córdova?
En el 2013, un día saliendo de la Universidad Católica me tope con Alejandro, amigo mío de Comunicaciones, al cual no veía hace años. Luego de un cruce de palabras quedamos para conversar otro día con calma. A los días nos vimos para tomar un café y me contó que había sido de su vida en estos años sin vernos. Fue él quien me propuso hacer un documental sobre su vida, algo testimonial, pero a partir de su diagnosis y su potencial como actor fue que le propuse apostar por un tratamiento híbrido.
¿Cómo fue el proceso de registro?
Luego de conversar y decidir hacer el proyecto le propuse reunirnos cada viernes grabando poco a poco. Viola Varotto, la responsable de la fotografía, se encargó de ir registrando nuestras conversaciones a partir de una propuesta visual muy cercana, intima. De estas conversaciones fueron surgiendo nuevas ideas, nuevas propuestas, por ejemplo utilizar ciertas secuencias que el había escrito previamente o que participaran, actuaran, amigas suyas o su papá en la película. La misma Viola incluso planteo utilizar un texto de Dostoievski. Por otro lado a Alejandro se le ocurrió comenzar a llevar un diario fílmico del proceso. Como verás, hay una serie de capas que la misma historia plantea y lo que hemos hecho es representarlas.
¿Cuánto de control había de parte de Alejandro en lo que se mostraría o no en el corte final?
Desde el inicio consideré que el trabajo con Alejandro debía ser muy participativo, la idea siempre fue que juntos pudiéramos ir dialogando, construyendo, estructurando el documental. Conforme fuimos grabando y proponiendo nuevas secuencias, yo iba editándolas. A finales del 2013, que fue cuando comencé a grabar el proyecto, yo ya tenía la primera secuencia montada y esta primera estructura fue completamente lineal, es decir fue grababa y editaba casi en simultáneo.
Con una buena parte del material filmado me fui a vivir a Barcelona en 2014, durante ese tiempo le fui mostrando secuencias, avances. En el 2015, cuando regresé a Lima le mostré el filme casi completo y le propuse grabar algunas secuencias extras. A partir de esas secuencias se terminó de cerrar la estructura final. Para esa etapa fue clave la presencia de Fabiola Sialer, a la cual le confié terminar de articular imágenes que llevaba viendo durante cerca de dos años y con las que ya había perdido la objetividad.
Lo último ha sido la posproducción de sonido, la cual me parece súper importante para complementar la propuesta visual y llegar a lo sensorial. Para ello una vez más trabaje con Paula Chávez.
En la película surgen temas como, por ejemplo, el de la representación teatral, que conlleva un ejercicio tan intenso mentalmente, que fuerza al actor a prácticamente convertirse en otra persona. ¿Este fue una idea que te interesó explorar con Alejandro?
Como te comenté previamente, nuestra propuesta inicial era hacer algo testimonial pero en base a su formación actoral es que yo le planteo explorar esta propuesta. Además, como él mismo menciona en el filme, el personaje, los personajes, siempre están dentro del actor, emanan de él y lo que hace este es permitirle que se manifiesten. Ese concepto me parecía interesante explorarlo.
Por otro lado, yo siempre he pensando que tenemos muchos nosotros dentro nuestro. Es decir hay un Mauricio docente, un Mauricio realizador, un Mauricio compañero, un Mauricio hijo, hay muchos Mauricio y dependiendo del contexto aparece uno u otro.
A partir de esta conjunción de ideas, más su diagnosis, es que comienza a tomar forma la propuesta de la película.
Una película que Carlos Esquives menciona en su review de tu película fue «First Cousin Once Removed», de Alan Berliner. Durante el proceso de realización, ¿tuviste en mente o pudiste divisar algunos puntos en común con alguna obra, que te sirviera como referente?
Para serte sincero no he visto ese film de Berliner, mas bien te diría que mis referentes vienen de propuestas participativas y del documental sensorial. En lo participativo te podría mencionar “Crónica de un verano” de Jean Rouch & Edgar Morin, Nuestra película de Luis Ospina o “Relámpago sobre el agua” de Wim Wenders & Nicholas Ray. En las dos últimas son los personajes los que le piden a los directores hacer un retrato sobre ellos, construyéndose un relato conjunto.
En relación al referente sensorial, creo que fue clave el taller que llevé con Lucien Castaing Taylor y Véréna Paravel en Madrid, el 2014, es ahí que incorporó algunas secuencias que buscan una aproximación sensorial más allá de lo narrativo.
Lo autobiográfico es una rama del documental que te interesa especialmente. En el caso de esta películas cedes el control al personaje principal. ¿Qué diferencias encontraste en la realización de este filme respecto a tus anteriores trabajos?
El documental autobiográfico es algo que he venido investigando desde lo académico y que he explorado en uno de mis cortometrajes. Yo creo que cada proyecto tiene una forma particular de ser contado y el mismo proyecto nos dice cuál es la mejor manera de hacerlo, tan solo hay que saber escuchar lo que proyecto nos dice. En este caso, es a partir de mis conversaciones con Alejandro que la propuesta se va construyendo y complejizando en su estructura.
¿Cómo ves el panorama del cine peruano independiente, en particular lo referido a la producción documental?
En relación a la producción documental creo que ha ido in crescendo. Como dice Josep María Català, el cine de vanguardia actual se encuentra dentro de la no ficción. ¿Qué renovación podemos ver en las películas de ficción en los últimos 20 años? En cambio dentro documental puedes analizar todos lo giros y nuevas propuestas que han surgido a partir de la subjetividad, el documental sensorial, el documental interactivo, documentales en realidad virtual, la novela gráfica documental, etc. Las propuestas son cada vez mas complejas y así como estas se manifiestan internacionalmente, en el Perú también las encontramos. El proyecto Quipu es un documental interactivo que ha trascendido fronteras, Jesus Cossio trabaja la novela gráfica documental desde hace años, desde las universidades o en el taller EOD de Docuperú encontramos propuestas que abordan lo sensorial, el documental transmedia, lo autobiográfico, los filmes ensayos y los diversos giros de la producción documental contemporánea. Es decir la producción de no ficción es el nuevo cine peruano.
Por último, ¿qué nos puedes adelantar de tus próximas producciones, «Cunillera Sabater» y «La pequeña muerte»?
“Cunillera Sabater” lo estuve trabajando en Barcelona cuando viví ahí y tengo muchas horas grabadas, pero ahora ya no vivo ahí y no sé si tengo suficiente material como para terminar de montarlo. Creo que es cosa de sentarse, con tiempo, frente la computadora y comenzar a jugar. “La pequeña muerte” es un proyecto de ficción que surgió cuando iba vivir a ir entre Barcelona y Lima y que ahora estoy viviendo definitivamente por acá creo que no es el momento de hacerlo, igual algo escrito hay.
Más bien ahora, a partir de un viaje al Cusco, he comenzado a preproducir un nuevo documental, a partir del testimonio de vida de un poeta peruano que conocí este año, creo que tiene potencial de ser un retrato muy interesante de la realidad peruana.
El nudo de la corbata (2016)
Con: Alejandro Córdova, Adolfo Córdova, Vanesa Vizcarra, Urpi Gibbons y Darayi Tejada
Dirección y Producción: Mauricio Godoy
Guión: Mauricio Godoy
Textos: Alejandro Córdova
Cámara y Fotografía: Viola Varotto
Sonido Directo: Paula Chávez y Mauricio Godoy
Edición: Fabiola Sialer Cuevas y Mauricio Godoy
Post Producción de Sonido: Paula Chávez
Diseño Gráfico: OLu Diaz
Extra: Vean la presentación de «El nudo de la corbata» en Transcinema, a partir del minuto 1:20:
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