1. Hacía falta también que se manifieste el sólido norte
Omar ¿tu estudiaste en Trujillo, no?
Si, estudié Ciencias de la Comunicación en Trujillo y en la universidad hice algo de video, luego de dos años me vine a Lima, pero con las ganas de hacer video, ya había hecho un documental «Un hombre es todos los hombres». Luego en Lima, entré a trabajar como editor en Guarango.
Y aquí en Lima se daba una movida particular, de video independiente.
En ese tiempo, con las movidas que organizaba Guarango, motivaba a la gente, a los videastas que tenían ganas de hacer video y sobre todo de mostrar sus trabajos, porque tú podías hacer videos y los veían en la universidad tus compañeros, pero en cambio acá ya había eventos especiales para mostrar al público, eso era lo interesante. Entonces ahí se junto la jauría de videastas, el Fermin, Juanma, el Anti…
Y en medio de toda esta movida, hiciste un corto.
Claro, yo trabajaba en Guarango, y la propuesta era que yo trabajaba y podía usar los equipos, ese era el trato, y ya pues, aproveché y realicé un corto en blanco y negro El paquete.
¿Qué trataba de este grupo de chicos…?
Claro, como era el primer corto que yo iba a hacer de ficción, entonces quería que tuviera bastante acción para practicar el lenguaje. Eran unos paseros de droga.
Bueno, se acaba tu etapa Guarango y te vas a Trujillo, y ahí, un poco contagiado por lo que se hace acá…
Sí, empecé a hacer el Festival X de Video Independiente, creo que fueron 5 versiones que hice, y también empecé a enseñar en la universidad. La idea era contagiar este movimiento que había visto acá, llevarlo para allá, para que la gente se contagie. Hice un taller, por ejemplo ahí estaba Antolín y otros videastas de Trujillo. La idea era motivar a la gente para que haga, porque producir un corto no es fácil, la motivación de mostrarlo al público es lo que te da a ti la energía de sacarlo adelante… y sí, dio resultado.
Bueno, entonces antes de la última edición del festival hiciste «La vida da vueltas»
No, ese corto lo hice para la segunda edición. O sea yo apenas llegué me fui con las ganas de seguir haciendo, entonces hice «La vida da vueltas». Después ya no hice nada más porque me metí a trabajar en una productora de publicidad, ya no me dio tiempo…
«La vida da vueltas» es un corto bien particular y lo que a mí me llama la atención es que estuvo en el Expecta CADE que creo que fueron dos ediciones, donde habían cortos de todo el país, habían cortos en cine, y ganó tu corto que estaba hecho en super VHS creo, con los amigos del barrio.
Sí, claro, no habían actores, había uno que había estudiado un año de actuación, el que sale de policía. Creo que este corto está influenciado por Tarantino por la estructura que tiene. Pasa una situación y está contado desde 3 puntos de vista, la situación de que alguien muere se me había ocurrido acá nomás, un día vi tirado a alguien en la calle y dije si este pata se está muriendo cómo sería… y ya. Entonces ganó en el Expecta, estuvo bueno… pero sí fue trabajoso porque grabamos casi todo en noche y exterior, grabamos en invierno, y demoramos mucho porque a veces los actores no venían, o no esperaban mucho tiempo porque se morían de frío, se iban… Claro, ese es el problema de trabajar con amigos, como te hacen un favor, a veces vienen y si no quieren no vienen.
Bueno, entonces sale lo del premio de Expecta y te logras comprar algunos equipos.
Claro, creo que eran 3000 dólares, entonces armé la isla de edición, la cámara también, la compré en Polvos Azules. Con eso armé la productora
Y te dedicaste a hacer producción en Trujillo, que eso te duró unos 4 años.
Si. Al final ya no hubo mucha chamba. En la Bienal de Cine de hace dos años, nos invitaron a los de provincia, ahí fue que conocí a Henry Vallejo y a otros. Bueno, ahí todos hablaban del cine que se estaba dando en provincias, y justo estaba con Antolín Prieto y le dije hay que hacer un largo allá en Trujillo, nos estamos quedando, entonces ahí nació la idea.
Claro, hay una fuerte movida de cine provinciano, cine ayacuchano, huancaíno, puneño y «Los actores» es la primera película del norte.
Bueno Cajamarca es también el norte ¿no? pero en la costa norte no se estaba haciendo nada, y nosotros habíamos empezado mucho antes el festival, entonces hacía falta también que se manifieste el sólido norte, y dijimos hay que hacer un largo ¿no?
Pasó un tiempo y entonces pensé, ¿cómo armo algo de nada?, no tenía nada en realidad. Entonces la idea fue hacer un taller con estudiantes de arte dramático, darles un taller sobre actuación en video; entonces, como yo tenía la experiencia de La vida da vueltas, de armar el guión con gente que yo conozco, quise hacer lo mismo pero con actores, encontrar a los actores durante el taller y en base a eso armar el guión.
¿Cómo es el argumento de esta película?
En realidad es la historia de una pareja, esa fue la primera idea, como resultó en la improvisación dije, “vamos a contar la historia de una pareja, pero vamos a contarla de modo natural” ¿no? Y en paralelo se iba dando la historia del guachimán. Y también hay la idea paralela que es contar el proceso de actuación en si, ya que los protagonistas en la historia son estudiantes de actuación, entonces era contar el proceso que tiene que ver con el modo en que se ha hecho la película, pues yo quería que se vea que es medio documental y medio ficción, entonces quería que se vea el proceso de los actores y también que se sienta que ellos están actuando pero a la vez no están actuando. Que se sienta eso, que el que está viendo sea consciente de eso, que está viendo unos actores, por eso la pareja son actores, el papá también es actor. Son historias paralelas, porque la madre tiene su historia aparte, su enfermedad es la historia de ella, nada más. Son como gente que está en contacto, pero cada uno está viviendo su camino, su propia historia.
¿Y por qué ese tipo de proceso y no algo más ortodoxo, tener una idea, ir armando tu guión y después recién convocar?
No me funcionó esa idea. Lo natural que me salió fue «La vida da vueltas», ese corto no pensé cómo hacerlo, pensé en hacer un guión y también, como no tenía actores, pensaba en gente que conozco. En realidad es la falta de actores, ¿quién me puede ayudar?, ah, él puede hacer esto, entonces ya.
Pero en «La vida da vueltas» por lo menos partías de una idea base que era la muerte, el asesinato, un hecho.
Claro, tenía algunas ideas, pero igual yo armé el guión pensando en ellos; claro, ahí no hubo ningún taller ni nada, sino yo saqué el guión y les dije ¿quieren hacer este papel?
¿Por qué no quisiste hacer lo mismo con el proyecto de largo? Para comenzar, ¿Lo pensabas para largo o simplemente querías ver?
No, desde un comienzo quise hacer un largo, pero… yo creo que fue la precariedad, que los amigos no van siempre, no te cumplen, y si para hacer un corto me demoré un mes, entonces un largo iba a ser imposible, entonces tenía que ser gente que le guste actuar y que pueda aprender también en el proceso, porque yo lo que les propuse a los actores fue eso, ustedes van a aprender, yo también voy a aprender entonces todos vamos a colaborar en esto, así con ellos podía armar ya algo un poco más estable. En realidad yo armé el taller y vinieron como veintitantas personas, pero fueron quedando menos, menos, hasta que quedaron los que han salido en la película, o sea yo no escogí, los que quedaban, ellos eran.
Selección natural.
Claro, pero felizmente que a todos ellos les ha salido bien, o sea no eran los malos actores sino los buenos los que se quedaron.
Ok, me parece bacán hablar de este proceso que es bien particular. Entonces van los actores, llegan más de veinte, ¿y cómo se empieza?, ¿había una metodología por lo menos básica de trabajo?
No, no había un método riguroso, pero yo tenía una idea clara. Primero les mostré mis trabajos, para motivarlos, les dije vamos a terminar esto en algo, no les dije que iba a ser largo, sino algo en video, y estaban de acuerdo. Lo que yo quería primero era que ellos se porten delante de cámaras como ellos eran en realidad, que fueran naturales, porque ellos reciben una educación de teatro, que es distinta. Hacíamos improvisaciones, por ejemplo les decía, mañana van a traer algo que les haya pasado en la semana y lo van a hacer acá, entonces ellos venía y hacían lo que al final sale en la película, claro que un poco cambiado, pero en esencia es lo que ellos hacían, o sea les decía, qué has hecho hoy en la mañana, ah, he hecho esto, a ver hazlo, entonces salían y hacían, «no, no, acá no lo estás haciendo natural, estás pensando», entonces se iba corrigiendo, hasta que al final ellos ya comprendieron la idea, especialmente Shirley (la mamá), creo que es la más natural.
¿Pero entonces estamos diciendo que la pareja es la pareja de verdad?
No, no son de verdad. Son ellos mismos pero puestos en situaciones. La situación es que son pareja, pero no son pareja en realidad.
Lo que tu buscabas era sacarlos del papel de actores de teatro y encontrar su naturalidad.
Sí, claro, ese era el objetivo.
La película tiene un argumento muy claro, por más que no es una historia clásica, pero si hay una narrativa, hay una estructura.
Sí. Yo iba pensando todo el tiempo mientras hacíamos el taller cuál iba a ser la historia, tenía varias ideas, pero como al final se dio es la tradicional, la básica, es la historia de una pareja; los hice improvisar algo y salió bien como pareja. Entonces ya a partir de esa idea quise que toda la historia sea la de esa pareja, pero no hubo una historia muy rebuscada ni extrema, sino lo natural que le sucede a una pareja pero contada de forma realista.
¿Tú tenías alguna referencia de algún director, alguna película?, porque ahora me acuerdo de John Cassavetes que más o menos hacía algo parecido, claro que él era actor también, era director de teatro, entonces con el grupo de amigos iba armando
Sí, pero John Cassavetes casi no me influenció, lo hizo después, pero sí sabía la teoría del neorrealismo y del movimiento de Cassavetes y todo eso, pero directores que me han influenciado para hacer esta película, por ejemplo, Kiarostami, Tsai Ming-liang.
Es que a Trujillo no llegan muchas películas y entonces la mula es un acceso bueno, ahí consigues de todo, entonces ahí empecé a ver otras películas, por ejemplo The Travelling Players de Angelopoulos me influenció bastante, El hoyo de Tsai Ming-liang, también me gustó bastante, y esta de Víctor Erice El sol del membrillo, Lejano también tiene un tratamiento así, ganó en Cannes un año. Son películas que más o menos tienen el mismo tratamiento, lento, entonces eso fue lo que más me gustó de ver todas las películas, yo buscaba ese tipo de películas y eso era lo que quería contar.
Cuando me gustaba un director, empezaba a investigar sobre él y leía que habían otros que hacían un cine parecido ¿no?, Kiarostami por ejemplo, Jarmusch también, luego Kaurismaki. Antes Scorsese me gustaba más, yo veía solo Scorsese en un tiempo, pero después ya empece a ver otras cosas, me sigue gustando Scorsese pero no me ha influenciado para hacer esta película.
O sea internet te abrió las puertas a esas películas.
Si, me permitió ver otro cine que no había visto, porque en Trujillo no hay el cine que se puede encontrar en Lima, entonces la mula fue la puerta.
¿Y en el cine latinoamericano?
Bueno, Trapero me gustó, Mundo grúa y El bonaerense. Luego las uruguayas, Whisky y 25 Watts, donde las historias mismas son así, como en la vida cotidiana, eso me gustó y Mundo Grúa ya es genial, buenísima.
Entonces tú ya partías de algo más o menos en ese tono.
Sí, contar el transcurrir del tiempo, que se sienta el transcurrir del tiempo, por eso que las tomas son un solo encuadre y todo pasa ahí; es más, cuento bastantes momentos muertos, donde no pasa nada, justamente para que se sienta ese transcurrir del tiempo.
Estaba leyendo cosas de Kiarostami, él dice que trata de encontrar lo lindo en los tiempos muertos, como que los tiempos muertos le sirven a él de materia prima para armar sus cosas. Bueno, ¿cuánto tiempo te llevó este proceso con los actores?
Creo que fue más de un mes, mes y medio me parece que fue el taller, hasta que llegaron las vacaciones, entonces dijimos ya, quiero asegurarme con los que queden y ya contarles el proyecto.
Ya habías armado la historia.
No, nada, tenía ideas pero no sabía, o sea como hubo el descanso de navidad, año nuevo, todas las vacaciones de ellos, que viajan, porque no son de Trujillo, les dije ya, el 5 o el 7 de enero vamos a empezar a grabar, entonces ellos tampoco sabían que no había guión.
¿Y no te preguntaban qué cosa iban a grabar?
Creo que sí me preguntaban pero les decía ya van a ver, es más, yo nunca les conté la historia, o sea en la escena les decía vamos a hacer esta escena, van a hacer esto, más o menos este diálogo pero nada riguroso.
Eso se nota, se nota que no hay diálogos de guión, sino ideas
Se nota, claro, ellos mismos utilizan sus palabras.
¿Pero igual esto se ensayaba antes? O sea la escena la ensayaban un par de veces e iban corrigiendo…
Sí, movimientos, todo, hasta que ya se daba, igual la repetíamos bastante, es que era video, se podía hacer eso, el que trabajaba, el que se cansaba era el boom porque eran 5 minutos, 6 minutos ahí… y ya, así fue.
Y llegaste al primer día de rodaje, ¿de qué fecha estamos hablando?
Sí, por ahí, 7 de enero de este año (2006). Yo llegué ya con el guión y el plan de grabación.
Ya para esa fecha tenías un guión.
Claro, aproveché el tiempo de vacaciones para hacer el guión, vi que locaciones me servían, aparte de trabajar con los actores, saber con quién contaba, también sabía con qué locaciones. Esa casa en la que salen es de la tía de Carlos Pérez, sabía que podíamos contar con el hospital porque teníamos permiso; la playa, la escuela de teatro porque ahí se realizó el taller, entonces ya llegué con plan de grabación y todo.
¿Y por alguna razón en particular, si ya tenías un guión, no querías dárselo a los actores? ¿querías que actuaran?
Sí, ya había visto en el taller que no resultaba que ellos ensayen algo, sino que lo hagan ahí mismo y ya se corregía sobre lo que hacían, era más fresco.
Eso implicaba más tiempo de rodaje.
Sí, un poco más, pero ya como venían haciendo training en el taller, ellos más o menos habían adquirido una rapidez con el personaje, entonces ya lo hacían más rápido, o sea en realidad me tocaron buenos actores.
Si bien no sabían el guión sí sabían qué papel iba a hacer cada uno.
Eso sí sabían, ustedes van a ser la pareja y ya. Incluso la escena de la declaración la hicimos antes de rodar todo, durante el taller, la grabamos en el taller, también la del guachimán caminando por el campo, eso también lo hicimos antes de todo.
¿Y porqué el guachimán?
También surgió durante el taller, yo les decía a los actores que ellos mismos busquen personajes en la calle, entonces alguien hizo de guachimán un día, y entonces me gustó la idea y el que más se adaptaba para guachimán era Jean Pierre, entonces fue guachimán.
Es un guachimán medio autista ¿no?
Si, es medio autista.
Ese personaje me hacía acordar a algo de Kitano, tiene poco diálogo.
Es que él es así, es callado, entonces dije ¿qué hago con este actor? porque él también tenía que salir, y al final quedó bien ¿no?
- Hacía falta también que se manifieste el sólido norte
- La película es bien lenta, es casi como un experimento
Entrevista realizada por Héctor Gálvez en Lima, el 28 de mayo de 2007.
3 respuestas a “Entrevista a Omar Forero”
En Huamachoc se vienen realizando largometrajes hace muchísimos años.
Buena Omar felicitaciones !
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