Reconstruction
Dir: Christoffer Boe | 90 min. | Dinamarca
Intérpretes:
Nikolaj Lie Kaas (Alex David)
Maria Bonnevie (Simone/Aimee)
Krister Henriksson (August Holm)
Estreno en Perú: 10 de marzo del 2005
Curiosa opción la de este film danés, que más que ser una historia de amor es una reflexión distanciada y cerebral acerca de ese sentimiento inconmensurable e indefinible. Como a la manera de Raul Ruiz, otro cineasta hiper intelectualizado, Boe realiza todo un juego de verdades y mentiras, de fantasías y realidades, al que reviste de un esteticismo recargado pero visualmente deslumbrante.
La historia nos presenta a Alex, un muchacho que de vivir una tranquila vida de pareja se envuelve bajo el manto ilusorio de una relación peligrosa con una bella mujer. Todo esto es aplicado por el director con una estructura mas bien elíptica y fracturada. Basta con ver la secuencia inicial y el encuentro en el bar casi como deja vú de lo que vamos a contemplar a continuación.
Así la lógica de la película se comenzará a regir por el estado sentimental del protagonista. Los personajes pasan de vivir un amor a primera vista a una historia de suspenso en el límite de lo mas abstracto. Alex ve trastocado su mundo luego de ingresar en este juego. Tan sólo el ideal que ha encontrado en esto hará que descienda a los infiernos en busca del premio prometido poniendo en riesgo todo lo que posee.
La opera prima del director danés gira sobre si misma y tiene una lógica interna propia como buen alumno de los surrealistas. Pero hay que decir por supuesto que Christoffer Boe (Dinamarca, 1974) no demuestra el talento y riesgo de los grandes maestros tampoco. Conceptualmente es rica su idea y ciertamente se le notan las pretensiones por doquier, pero casi siempre su afán esteticista le da a la película una apariencia excesivamente embellecida.
Su historia se torna ya en la segunda mitad algo confusa y hasta insufrible para los espectadores. Las dos caras de su obsesión por reconstruir este episodio casi mental (con las facciones de Maria Bonnevie) y el mito de Orfeo representado nuevamente, son alardes no necesariamente integrables al menos de la manera que lo requiere. Hay que considerar que se trata de una primera película de todas maneras.
Boe tiene el suficiente entusiasmo para contar la historia a su manera. Pero sus alardes a veces lo vencen (basta con ver la secuencia culminante en el subway). Lo mejor de Reconstruction es la atmósfera evanescente casi de ensueño o pesadilla que se consigue junto con el talento para entregarnos sugerencias visuales antes que destreza narrativa. Gracias a ello podemos decir que esta película vale la pena.
Jorge Esponda
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