Cidade de Deus
Dir. Fernando Meirelles y Katia Lund | 130 min. | Brasil – Francia – EE. UU.
Intérpretes:
Alexandre Rodrigues (Buscapé)
Leandro Firmino (Zé Pequeno)
Phellipe Haagensen (Bené)
Douglas Silva (Dadinho)
Jonathan Haagensen (Cabeleira)
Matheus Nachtergaele (Sandro Cenoura)
Seu Jorge (Mané Galinha)
Jefechander Suplino (Alicate)
La pelicula es impactante como narración, las anécdotas se suceden en un relato de largo aliento de pequeñas raterías hasta el control del negocio de las drogas y la clásica historia de auge y caída que caracteriza al cine criminal, todo sazonado con referencias mas que obvias al exhuberante cine de Martin Scorsese especialmente a Goodfellas.
Con gran distribución internacional (obra y gracia de la Miramax) se ha estrenado esta producción brasilera que rompió con la taquilla en su país y no es nada casual que ello suceda pues está hecha para impactar sobre los espectadores como esas ráfagas de metralleta que se sacuden en el film. La pelicula como es de conocimiento general ha provocado las opiniones más opuestas de los que la ven, desde su estreno en Cannes al mismo tiempo que otro debate se armaba alrededor de Irreversible. Se ha dicho que explota de manera mercenaria la miseria latinoamericana (en las tan trajinandas favelas convertidas en nueva imagen de exportación del paisaje carioca). Pero en mi opinión no se trata de una pelicula desdeñable ni mucho menos. Lo más resaltante de la pelicula es que a pesar de contar con una historia apasionante es un mérito de los directores Fernando Meirelles y Katia Lund crear una narración que va de punta a punta como un relato épico en la tradición mas clásica. Se revela así la mano de profesionales con oficio y no de cualquier improvisado. Incluso la historia ofrecía dificultades al narrar la mirada entrecruzada de dos personajes viendolo todo del lado opuesto de la calle, por decirlo de una manera.
Desde el principio y en gran parte del metraje estamos viéndolo todo a través de Buscapé quien busca ascender gracias a su talento de fotógrafo, descubierto de a pocos, de experiencia en experiencia, esa es la mirada de los don nadie que son espectadores de la otra historia, la de Zé Pequeno, suerte de Scarface sudaca quien tendrá como instrumento para desplegar su talento el revólver. La pelicula es impactante como narración por este lado, las anécdotas se suceden en un relato de largo aliento de pequeñas raterías hasta el control del negocio de las drogas y la clásica historia de auge y caída que caracteriza al cine criminal, todo sazonado con referencias mas que obvias al exhuberante cine de Martin Scorsese especialmente a Goodfellas.
Se le puede criticar ese bombardeo audiovisual por ser muy «artificial» y «cosmético», y por convertir la autentica tragedia de esta situacion en un gigantesco juego de destrucción. Pero no se puede negar su eficacia como tal. Lo que si es cuestionable y que daña todo ese mecanismo es cuando en serio se quieren poner reflexivos y este es el lado que hace flaquear a la cinta. La aparicion de Mané Galinha y la guerra que se desata, se alargan innecesariamente y termina cayendo en lo que menos había sido hasta entonces: la denuncia social, cuando quiere meter humanidad a un espectáculo deshumanizado y por lo tanto vacuo, es cuando la pelicula cae en una imperdonable contradicción. Sino miren esos inesperados momentos de venganza que no amplian la mirada por sobre estos hechos sino que deforman lo antes visto. Pero con todo Cidade De Deus vale como muestra de un nivel técnico inmejorable en el cine de la región así como una narración que se puede apreciar como pocas de las que se ven en latinoamérica.
Una pelicula que vale la pena ver.
Jorge Esponda
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