Gone with the Wind
Hay películas que en algún momento han demostrado que el cine es ante todo un espectáculo, que llena los ojos y las emociones de quien lo contempla, mas allá de alardes de estilo y novedades estéticas (del todo válidas por supuesto) los espectadores son ganados por al historia y sus personajes, por la manera de transportarlos a la pantalla y darles vida. Desde The Birth of a Nation pasando por The Ten Commandments, Star Wars hasta The Lord of The Rings se nos han presentado las mayores expresiones de este sentido del cine: las epopeyas, visiones colosales, más grandes que la vida misma como suele decirse. Gone with the Wind es quizá la quintaesencia de esto, la novela y la historia hechas película.
Basada en la novela homónima de Margaret Mitchell fue llevada a la pantalla gracias a la terca ambición del productor David O. Selznick quien entre tantas decisiones cambios y recambios que efectuó están el de haber hecho pasear a varias estrellas y directores para la realización, finalmente delegó la ejecución a Victor Fleming (un buen director que realizo el mismo año otro clásico The Wizard of Oz) aun cuando ya habían completado varias secuencias como la celebre del incendio de Atlanta.
El resultado fue acaso una de las mas mágicas y envolventes historias pasionales que se hayan visto. La indómita Scarlett O’hara (la inglesa Vivien Leigh) es la protagonista de esta extraordinaria odisea desde su vida de ensueño en la Georgia tradicionalista y esclavista, pasando por la Guerra de Secesión, hasta la reconstrucción de vidas y sueños destrozados. Alrededor de ella giran una serie de personajes no menos memorables: el descarado pero sentimental Rhett Butler (Clark Gable en su mejor momento), la dulce Melanie (Olivia de Havilland), el honorable Ashley (Leslie Howard) y por supuesto la entrañable May (Hattie McDaniel) arquetipo de la mujer negra en ese entonces.
Película descomunal y apasionante fue lanzada por todo lo alto como la cumbre del cine de prestigio, pero ahora impresiona más por ser el paradigma de una forma de hacer cine que le dio a Hollywood el sitial que a ocupado desde entonces, por ser la película que cerró con brillo aquella década imaginativa y de despegue del cine clásico, por ser en fin una envolvente historia visión de una época con unos personajes que sienten y nos hacen sentir sus alegrías y melancolías a partes iguales, por todo aquello que se fue con el viento.
Jorge Esponda
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