Pocas peliculas tan perturbadoras en los últimos años como esta «Trouble Every Day» de la francesa Claire Denis. Otorga aqui acogida a las manifestaciones más desbocadas del deseo, del erotismo entremezclado con la morbidez o mas bien lo lleva a superar la frontera de los mas temidos tabúes.
Esta historia de amor y sexo hasta el crimen no llegaría mas allá de lo puramente sensacionalista de no ser por esa atmósfera tan extraña que la directora sabe imprimir a su film, por un lado le da una apariencia de cotidianeidad que roza lo social (y en cierta manera lo es), por otro le da apariencia bizarra como preparándonos para una pelicula fantastica (y también tiene de esto) y en otros la dota de una sensualidad propia del softcore (y lo es). Lo que nos propone es una visión de la satisfacción de los deseos a un punto en que sean indistinguibles, inteligentemente evita dar explicaciones (se sugiere solamente una de orden científico) y mantiene todo en la más absoluta ambiguedad como en la polémica secuencia del encuentro sexual de la lasciva Beatrice Dalle con su inocente víctima, mezcla desconcertante de observación casi clínica con unos sensuales acordes musicales nos manifiestan un acto mosntruoso y tierno a la vez.
Visión casi antropológica sobre las manifestaciones del inconciente dentro de la sociedad moderna Trouble Every Day es una interesantísima cinta que nos revela la coherencia de una cineasta con preocupaciones e intereses propios. Queda para el recuerdo a ese Vincent Gallo con talante vampírico y sus vagabundeos hambrientos. Una película ciertamente no apta para todos los gustos.
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