Some Like It Hot
El gran Billy Wilder perteneció a esa legión de creadores y profesionales que salieron de su Europa debido a la particular época que les toco vivir (la ascensión del Tercer Reich) rumbo a Norteamérica donde desarrollaron a plenitud sus obras, tal fue el caso también de Fritz Lang por ejemplo. Wilder desarrolló como poco una obra versátil pero que guardaba siempre intereses permanentes. Some Like It Hot es acaso una de sus cumbres.
Un par de músicos sin mucha suerte (los estupendos Jack Lemmon y Tony Curtis) se ven involucrados en una y miles de correrías a causa de una banda de gangsters, lo que los obligará a buscar refugio detrás de las faldas y la apariencia completa de delicadas damas también dedicadas a tocar instrumentos, pero oh maravilla, en medio de esta banda reina la presencia de Marilyn Monroe, ante el descubrimiento de esta manzana de la discordia los problemas no se harán esperar. Como buen trabajador de la industria de Hollywood, Wilder despliega todo su oficio en esta aparente vodevilesca farsa para entregar uno de los films más intensamente cómicos que se hayan visto a la vez que volver a entregar esa mirada tan particular sobre la sociedad americana que tan bien cultivó con sus ojos de extranjero a la vez comprometido como divertido.
La película se torna un desfile de disfraces, de engaños y apariencias, de hombres a mujeres y de mujeres a hombres, la subida de posición a base de la conveniencia, la tentadora oferta la fortuna con solo mover un dedo (Marilyn con el supuesto dueño de la Shell o el millonario enamorado de Lemmon). Esa visión que expresa el cine de Wilder es todavía mucho más basta y compleja, desarrollada dentro no solo dentro de la comedia alocada, sino tambien dentro de la comedia sentimental como Sabrina o Seven Years Itch, hasta las mas sociales como The Apartment o crudos retratos sociales que lo mostraron mas directo en su punto de vista como The Lost Weekend o Ace in the Hole, ni que decir de la amargura de Sunset Boulevard acaso su obra maestra.
Pero el gran director siempre se limitó a considerarse un creador sencillo dispuesto a entregar lo mejor posible en entretenimiento para su público, tal es el caso de Some Like It Hot, seguramente antes de cualquier lectura que le demos el preferiría que gocemos con la estrafalaria aventura de sus divertidos protagonistas, y la capacidad endiablada de evitar que la juzguemos mientras la vemos con ese ritmo que maneja da prueba de ello.
Formidable carnaval el que orquesta Wilder muestra de uno de esos talentos inquietos y socarrones que tanta falta le hacen a la mancha de cultores recientes dentro de la industria.
Jorge Esponda
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