The Woodsman
Esta cinta debut de la directora Nicole Kassell, resulta una nueva y agradable revelación dentro del cine norteamericano. En esta película nos presenta la historia de Walter, un hombre que sale de prisión luego de purgar condena por abusar de niñas y que intentará reanudar su vida a pesar de los conflictos que esto puede conllevar ya sea con los demás o con él mismo.
Pero no se crea que este es un film sobre la pedofilia, al menos no es el punto central de la película, aquí mas bien se nos muestra a un personaje en pos de reencontrar su “normalidad” como el mismo la llama. Kevin Bacon interpreta sentidamente a este personaje que nos lleva a las profundidades más bien de su insatisfacción. Se empleará en una ebanistería, trabajo con el que tan solo disimulará su lado siniestro pero rechazado como tal con todas sus fuerzas. Esta es una película sobre la reintegración o el intento de ello, Walter teme la vuelta de su sórdido pasado apenas insinuado por una pelota de juegos infantiles, o el bosque en el que alguna vez acechó como lobo.
Tal vez hay un aspecto demasiado transmitido a lo verbal que reduce algo las sugerencias y el suspenso interior que nos transmite el entrañable protagonista. Aunque hay una secuencia notable: la conversación con su posible victima, rica en su concentración y variación de tonos. La pequeña cuasi caperucita tiene su propio lobo, y el pobre Walter acaso si tendrá el valor de pasar de fiera a heroico leñador. La sumisión y la cabeza baja ante una sociedad que discrimina y hace diferencias entre los pecados públicos y privados es el único rito que sobrevive a los tiempos.
Inteligente, funcional y sin mayores alardes la directora Kassell entrega una película de interés que no requiere de mayor show sensacionalista sino todo lo contrario se mantiene sobria y contenida, y es que como en el caso de Walter casi siempre la procesión se lleva por dentro.
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