Roma (2004)


Roma

El argentino Adolfo Aristaraín vuelve a demostrar con esta película el oficio y talento de un cineasta que como buen clásico le apasiona el narrar historias claras, limpias y sin fisuras. En Roma vuelve sobre los temas que le han interesado en los últimos años: el exilio, a causa de varias etapas duras de la historia argentina del último siglo, la nostalgia y la extrañeza que van de la mano.

Roma es acaso el recuerdo o la presencia vital más importante en la vida del escritor Joaquín Goñez. No es la ciudad, es su madre, una mujer de infinita comprensión, asi su pareja ideal. El intenta escribir su último libro que será el más confesional también, a partir de ahí el director arma su película a base de flashbacks que nos darán a conocer la vida de Joaquín. El arte de Aristaraín radica en eso, en su cine de personajes, en su capacidad de hacérnoslos entrañables, queribles. Algo perdido por muchos y que toma con fuerza es el placer de contar historias y deslizarnos sus sentimientos alrededor de ella, aquí el trasfondo de las dictaduras y represiones no es un tópico más como en otros, aquí quienes valen son sus seres a los que conocemos con calma, sin prisas innecesarias.

Son claras nuevamente sus grandes referencias al cine clásico no solo americano sino también el de aquellas grandes y novelescas ficciones del cine francés o italiano por ejemplo. Como en la escena en la que entran a la función de The Grapes of Wrath, la clara posición por la narrativa tradicional y hasta modesta, ajena a ínfulas de otro tipo hace de Aristaraín uno de los pocos que como Clint Eastwood pueden realmente transportarnos a ese confín emocionante, a esa galaxia casi perdida en el tiempo. Pero no se crea tampoco que son absolutamente anacrónicos ni nada por el estilo, son ante todo narradores pero que son concientes de estar bebiendo de las aguas de su tiempo, de no ser por ello su cine tampoco existiría.

Y eso es Roma una película que mira hacia atrás pero que sabe muy bien donde le a tocado existir, que nos da a conocer a través de su protagonista si todo ese viaje a valido la pena. Creo que sí.

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