Les triplettes de Belleville
A pesar de sus varios premios y menciones, el estreno de esta película es realmente insólito. El francés Sylvain Chomet realiza un cine de animación muy distinto al de las rutinas que todos conocemos. Con una notoria influencia del cine de chistes visuales de Jacques Tati, Chomet es un caricaturista consumado y sumamente imaginativo.
Una anciana y su perro pasarán más de un obstáculo con tal de encontrar a su nieto, un ciclista secuestrado por oscuras manos durante el tour de France. En ese trayecto que los llevará a la ilusoria Belleville (gigantesca parodia de un New York en la época de sus mayores oropeles) encontrarán a este trío de ex estrellas que los ayudarán en la búsqueda.
Todo lo que nos presenta Chomet esta revestido de gran talento no solo en sus resoluciones visuales sino también en atmósferas. La gran melancolía no está reñida con el humor y hasta con el sentido de la tensión de la acción. Más bien interactúan en un todo armónico. La gran aventura es a la vez una mirada satírica propia de los más agudos talentos de la caricatura: la mirada a los franceses con todos sus intencionales estereotipos ya dice bastante, ni que decir de los habitantes de Belleville y su afán de lucir repletos hasta la saciedad.
Toda esta explosión creativa se nos presenta en un espectáculo fascinante pero que resulta toda una rareza al fin y al cabo, pero superando ese tipo de reticencias el público puede finalmente sentirse satisfecho de una hora y veinte minutos de un estupendo film de animación. Una experiencia muy difícil de tener en nuestra habitual cartelera y que por ello mismo habría que apoyar. Imperdible.
Jorge Esponda
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