Manhattan Murder Mystery
Al buen Woody Allen le fascinan los encuentros con lo insólito, los imprevistos que surgen trastocando la rutina diaria del común y corriente citadino. En esta película lo deja mas explicito que en otras. Que su inquieta esposa (Diane Keaton) haga lo que sea para perturbar su tranquilidad es una cosa, pero que llegue a obsesionarse con un vecino al que cree asesino de su mujer es algo en lo que no podrá dejar de verse involucrado. Pero más allá de la travesura está el escape del stress y de la agenda del día a día lo que como abeja al panal atrae a sus protagonistas a ejecutar los métodos de los vecinos metiches.
Allen lejos de la gravedad que lo precedió en Husbands and Wives, y todo el rollo de su separación con Mia Farrow, se dedica a aligerar tensiones y divertirse (y divertirnos) con las pesquisas de sus detectives aficionados a quienes no les interesa si hacen el ridículo, hay algo extraño acá por lo que vale la pena asomar la cabeza parecen decirnos. Como aquellas rarezas que nos obligan a dirigir la mirada a donde todos las tienen siquiera por un breve instante. Convencidos o no de si lo que sospechan tiene validez la aventura continuará hasta darnos la verdadera apariencia de un film de investigación. Y así en su jocoso estilo se inician las correrías propias del thriller como antes lo hicieran Bogart y similares.
He aquí que Allen tiende a ponerse algo artificioso con referencias mas que explícitas a The Lady of Shangai pero esto no disminuye lo logrado del film que a fín de cuentas es una risueña y librada de culpas comedia sobre como por arte de magia poder atravesar el espejo como Alicia rumbo al país imaginado por Carroll.
Jorge Esponda
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