The Final Cut
Dir. Omar Naim | 95 min. | Canadá – Alemania
Intérpretes: Robin Williams (Alan W. Hakman), Mira Sorvino (Delila), James Caviezel (Fletcher), Mimi Kuzyk (Thelma), Stephanie Romanov (Jennifer Bannister)
Estreno en Perú: 13 de octubre de 2005.
«En un futuro no muy lejano, las personas llevan instalado en el cerebro un chip llamado “zoe” que va registrando en imágenes y sonidos las memorias del individuo. Este chip, sólo podrá ser retirado a su muerte, para hacer una presentación -que no es otra cosa que una película- el día del funeral, mostrando como fue su vida…»
The Final Cut, es la ópera prima de Omar Naim, director jordano hijo de productores teatrales que en esta oportunidad nos pone frente a una historia que tiene que ver mucho con el morbo que vivimos en estos días por conocer la vida ajena, en el film las personas llevan instalado en el cerebro un chip llamado “zoe” que va registrando en imágenes y sonidos las memorias del individuo, el cual sólo puede ser retirado a su muerte para hacer una presentación -que no es otra cosa que una película- el día del funeral, mostrando como fue su vida. Ahí es donde entran a tallar los “editores”, quienes material en mano, preparan dicha presentación, pudiendo variar radicalmente lo que fue su vida en realidad.
El argumento por si solo, es interesante, es una mirada a un futuro cercano despojado de las privacidades mínimas con la que todos debemos contar, una critica al fisgoneo en la vida cotidiana de cualquier parroquiano.
La historia se desarrolla bien, Robin Williams tiene un desempeño aceptable, lo cual será difícil reconocer por la legión de detractores que posee, pero es bueno verlo en otros personajes diferentes a aquellas comedias ligeras poco trascendentes que acostumbra protagonizar, para este caso encarna a Alan Hackman, que es un editor reconocido por la calidad de su trabajo pero además también por hacer “presentaciones” de personas de conductas repudiables, haciéndolas ver como personajes ejemplares. El desarrollo es constante y mantiene el interés, pero esa constancia llega a ser contraproducente cuando no sale de ella, porque si bien no se pierde interés, no nos lleva a ninguna parte tampoco, no tiene un punto de inflexión, o al menos aquel que se asume, no es bien resuelto. Errores que no sólo son de la dirección sino de la historia en si, responsabilidades que recaen en el mismo Naim, guionista del film.
Las actuaciones en general son parejas, salvo la de Jim Caviezel, de quien se puede decir a su favor que caracteriza un personaje que no daba para mucho más, pero su actuación es demasiado discreta, por decirlo de alguna manera. En conclusión es una película que no llegará a trascender, pero se deja ver, es entretenida y como mencionamos antes, el argumento es interesante, mas allá de la forma como se ha desarrollado.
Rolando Jurado
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