Clueless
Dir. Amy Heckerling | 97 min. | EE.UU.
Intérpretes:
Alicia Silverstone (Cher Horowitz)
Brittany Murphy (Tai)
Stacey Dash (Dione)
Paul Rudd (Josh)
Cher, Dione y Tai son 3 “uptown girls” de California. Pero Cher tratará de encontrar un sentido a su vida a pesar de la superficialidad y la rutina que la rodea, lo que le costará penas y alegrías.
Este es el argumento de la buena cinta de la directora Amy Heckerling (EE.UU. 1954) .
Alguien se preguntará, ¿Qué puede ofrecer una película como esta, que tiene como protagonista a una joven y bella Alicia Silverstone y a una regordeta y no tan agraciada Brittany Murphy? Pues yo me imagino aquellas cajas del tiempo populares en los años 50 donde se guardaban objetos para que las generaciones futuras pudieran ver como se vivía en aquella época. Después de 10 años de su estreno en EE.UU., Clueless es exactamente eso, una fotografía de los 90. Una época marcada por una cierta búsqueda de respuestas, un intento de comprender el mundo indagando no solo la parte superficial sino también los problemas más profundos. Es hilarante la escena en la cual, tras ser salvada de la muerte por sus amigos, Tai se convierte en el centro de la atención de la escuela, no por su escasa belleza, sino por la “profunda” experiencia por la que acaba de pasar, típico de esos años.
Clueless obviamente no es una película filosófica ni mucho menos. Es una comedia juvenil que, a través de la vida de Cher, la chica rica de Beverly Hills, nos muestra las altas y bajas de una joven de los 90s, aquella que quiere escapar del lamentable destino de la “rubia tonta”.
Y es el amor, si el AMOR, el catalizador que logra hacerla despertar y encontrar el sentido a su vida. Al principio se enamora de Christian, un chico obsesionado por la moda (al igual que ella) sin embargo él no hace caso a sus intenciones. Y es así como descubre a Josh, el aprendiz de abogado que verá en Cher no solo a la hermosa adolescente sino también a la mujer que trata de comprenderse a si misma.
En definitiva, Clueless es una comedía atípica pero imprescindible, no solo por sus jocosas situaciones, sino porque es el reflejo de una época pocas veces retratadas con tanto tino, discreción e inteligencia como lo es en este film.
Johan Tábori
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