Ya que nunca es tarde, esta es mi lista de las mejores películas estrenadas el año 2005:
- Con ánimo de amar (Fa yeung nin wa) de Wong Kar Wai
- Golpes del destino (Million Dollar Baby) de Clint Eastwood
- Cuentos de otoño (Conte d’automne) de Eric Rohmer
- El cielo gira de Mercedes Álvarez
- Vera Drake de Mike Leigh
- Zatoichi de Takeshi Kitano
- Guerra de los mundos (War of the Worlds) de Steven Spielberg
- Las trillizas de Belleville (Les triplettes de Belleville) de Silvain Chomet
- El aviador (The Aviator) de Martin Scorsese
- Whisky de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll
- Lejos del mundo (Les égarés) de Andre Techiné
- Amor caníbal (Trouble Every Day) de Claire Denis
- Kinsey de Bill Condon
Primera película que vemos acá de este chino barroco y genial, y así de genial es esta película hipnótica y melancólica de principio a fin. La imposibilidad de consumar el amor apenas si se define por las circunstancias o el ánimo de la estación sentimental en la que viven sus protagonistas (dos personas de edad mediana en pleno Hong kong modernista de los sesentas). Mas que una historia romántica cualquiera, Wong nos presenta a dos seres desvalidos tratando de hacerse compañía en medio de una sociedad progresista que tiende hacia el desarraigo como una bola de nieve trepidando hacia abajo. Rasgos ineludibles a Godard y sus caprichosos juegos de intimidad en los tiempos muertos que hacen la vida misma, pero especialmente a Antonioni y la tristeza intrínseca y extraña de sus criaturas. Todo ello reciclado y sazonado con la particular y fina sensibilidad de este talentoso creador de atmósferas sensuales y trágicas a la vez. Para el recuerdo la secuencia final, uno de los momentos más románticos que se hayan visto. Bellísima.
La Norteamérica de los perdedores, los genuinos seres deambulando lejos de los estereotipos de la privilegiada vida americana son nuevamente vistos por el gran Clint. En esta triste y emocionante película en que bebiendo de la inspiración de los grandes clásicos, nos dedica esta balada pintada en claroscuros y con el vigor narrativo de un John Huston. Película que arranca con una sencilla premisa de aprendizaje pero que termina balanceándose prodigiosamente en una cuerda floja, Eastwood es un consumado realizador y no duda en jugar con códigos y estilo tanto como se lo permite el cine de géneros del que no se aleja en ningún momento. Historia de boxeo que no es una mas sino acaso una de las culminaciones, Million dolar baby transmite la esencia misma del deporte, de avances y cálculos tras cada golpe, triunfos y caídas, de sueños y riesgos como los que toma Eastwood, un maverick indiscutible.
La quintaesencia del arte de Rohmer se encuentra expresada en toda su serena e inigualable magnitud en esta película que es creación de un genio maduro y complejo, tan complejo como lo puede llegar a ser un talento tan recorrido y preciso. Si Eastwood es auténticamente estadounidense, Rohmer es una de los referentes más franceses que hay. Esta historia ambientada en plenos viñedos y campiña ya es bastante explícita. Menos lo han sido siempre los sutiles mecanismos de su cine que toma de la literatura de la era de los Luises y el cine abierto soleado de Renoir a partes iguales. Esta película es una de sus culminaciones antes del cambio personal y original de L´anglaise et le duc otra obra maestra. El móvil como siempre el amor, la amistad, el deseo, la soledad, aquellos sentimientos tan humanos que podemos tener en la rápida y bulliciosa ciudad como en la aparente monotonía del campo. Las amigas de este cuento viven su particular otoño maduras y apetecibles. Como las películas de Rohmer.
El transcurrir del tiempo no nos es tan claro en medio de la agitación de nuestras vidas modernas. Tiene que haber un momento de auténtica observación y detenimiento para que nos concentremos en ello. Y de esto nos habla esta sorprendente y gran cinta de la española Mercedes Álvarez, quien nos entrega esta personalísima visión acerca de su pueblo natal y su proceso de desaparición o de desvanecimiento en el tiempo. Ahí ante nuestros propios ojos este albergue casi fantasmal se va transformando en otra cosa, como erosionada por el aire. Es aquí que toma vital importancia la memoria, los rastros que quedarán apenas rescatados por el pintor casi ciego que captura la apariencia ruinosa de lo que alguna vez fue bullente vida y color. Pero no se trata de una película depresiva y oscura, todo lo contrario es una observación entre desconcertada y hasta humorística por momentos. Un acercamiento a un mundo como el de estos ancianos a los que muchas veces tratamos con la indiferencia de nuestra velocidad pero que aún tienen mucho que decirnos antes de partir.
Mike Leigh es un intransferible británico. Todos los ritos, costumbres, idiosincrasias y pasiones jerárquicas de la brumosa Gran Bretaña están expresadas en gran forma en su cine que se contagia de esa flema y cadencia particulares. En este caso eso no se aleja de esta crónica ambientada en los años treintas con la enigmática y bien intencionada protagonista dedicada a sus labores (conocidas y secretas) con diligencia y pudor tanto como a su vida familiar. Leigh se dedica a presentarnos una narración sin concesiones y muy consecuente con sus ideas en la que nos presenta personajes creíbles y tangibles. Un cine que no cree en aspavientos sino en su propia consistencia. Muestra de ello es la formidable Imelda Stauton y su rostro dulce y cansado, casi hada madrina de los tiempos difíciles que solo desea hacer el bien con su varita mágica.
A Kitano es muy difícil no identificarlo haga lo que haga. Uno estará atento para verlo soltar la risotada ante el derramamiento de sangre o ponerse candorosamente infantil ante algún juego chaplinesco para luego ponerse sentimental o frío como el hielo. De eso no se libra el cine de samuráis, tradición por excelencia de su país. Si Kurosawa hacía de este el campo para el honor aun si se trataba de bandidos y mercenarios, Kitano hace aquí del honor algo que se mira con desconfianza, y por momentos con mofa. Decide hacer el juego postmoderno y convertir todo en escenario para la danza ya sea con azadón o sables o zapateos de tap. Puestas así las reglas del juego lo que queda es que el vuelo del socarrón Takeshi haga del cóctel todo un espectáculo, cosa que Zatoichi consigue a cabalidad.
Spielberg cuando se juega por la montaña rusa entrega lo mejor de si mismo como los pocos clásicos de hoy día, manejando la narración con maestría. Y eso es lo que fascina en esta película: exposición precisa de los personajes, el estallido del plot y el posterior enfrentamiento son los elementos que resuelven la idea de Wells. Lo mejor es -como siempre en él- la mirada deslumbrada ante lo insólito, todo aquello que irrumpe la rutina diaria. Así entre conflictos familiares surgirá el Apocalipsis que se desenvuelve de momentos notables a otros. La mano maestra de Spielberg se inspira para abrir esta caja de sorpresas. Ideas aparte que mas bien crean la desconfianza en muchos espectadores están también muy bien desmenuzadas. Y el desenlace es consecuente con todo lo visto, que se mantenía al margen de las grandes hazañas a escala global. Pero Spielberg tendrá que aguantar todas las desconfianzas sobre su cine en lo que le resta de vida.
Curiosa e interesante propuesta del caricaturista consumado que es el francés Chomet. Humor peculiar a mano de la melancolía y la ternura que se haría de la atención de un Fellini o un Tati. Y es que el viaje de la ancianita, su nieto y su perro a la deslumbrante Belleville tiene todos los ingredientes con malicia de por medio que ya quisiéramos ver en tantas cintas animadas. Privilegio que nos dan ahora de poder ver otro cine ajeno a fórmulas al uso. Las ancianas ex estrellas del vaux de ville son el corolario de esta fantasía plena de ritmo y color.
Apuesta sumamente ambiciosa la que acomete el gran Scorsese con este proyecto que pasó de mano en mano hasta llegar a él. Así con todos los recursos que tiene se apresta a personalizar al máximo la historia del excéntrico Howard Hugues, el aviador que haciendo caso a la utopía se lanza a surcar los estratos planetarios y de su mente. Sus manías, temores y pasiones son entregadas en una narración tensa y rauda como acostumbra Marty. Sin llegar al nivel de sus cumbres The aviator es una cinta modelo del talento de su realizador.
La dupla uruguaya Rebella y Stoll nos presentan todo un logro en su segundo largometraje. Con certeza no sabemos si se trata de una comedia o un drama. Apenas si vislumbramos algo de lo que sus herméticos personajes nos dejan conocer. Siendo así, los realizadores juegan a las apariencias y la extrañeza, acaso revelando un vacío profundo. Pero no se trata de algún film depresivo de tantos. Es mas bien la mirada sobre estos clowns tristones y desorbitados lo que prima tanto como su cercanía a la caricatura. ¿algo de Kaurismaki o Jarmuch? Mucho, pero es aun así una mirada personal que habrá que considerar y esperar ver en próximos proyectos.
Acercamiento íntimo y peculiar el que nos brinda Techiné nuevamente y siempre dentro de su cálido y bello cine de personajes. Los extraviados del titulo huyen de la guerra pero en el camino se encontraran con un pequeño paraíso el que los dejará ingresar de la mano de un extraño ángel de la guarda, uno como solo se podría encontrar en tierra de nadie. Las tensiones y el afloramiento de los sentimientos son desarrollados con tal detalle y fineza que se elevan por encima de cualquier argumento similar. La bella Emmanuelle Beart se luce como siempre.
Extraño y crudo resultó este film en el que la francesa Denis ofrece un acercamiento casi antropológico al mundo de los deseos y pasiones mas prohibidas y desbocadas. Todo esto nada reñido con la sensualidad y la poesía visual. Los personajes de esta película deambulan tratando de saciar su apetito y su afán por el goce, en un mundo en el que saben muy bien serán incomprendidos por ello. Ese recorrido por el sufriente autocontrol solo tiene una manera de ser calmado y he aquí que la película no condena ni juzga, de ahí se desprende el costado mas inquietante de su propuesta.
Y si de dejar salir el costado represivo de nuestra memoria y tradición como civilización se trata aquí esta el doctor Alfred Kinsey para defender la posición. El hombre que abrió al público conservador de la Norteamérica de la posguerra las verdades sobre el sexo es el protagonista de esta cinta que nos hace cómplices de la vida del estudioso y sus motivaciones para la investigación que lo haría célebre. Cine de personajes, desarrollado a cabalidad y sin aspavientos mayores, hecho en plena era de neo-represiones en la USA actual. Acaso clarín de alerta, de hecho más sincero y logrado que los alardes y la pirotecnia de Michael Moore.
Y estas tres películas fueron lo peor del año 2005:
- Alexander de Oliver Stone
- Constantine de Francis Lawrence
- Cuando el cielo es azul de Sandra Wiese
Grandilocuente como se esperaba pero fallida en todos los sentidos, así fue la versión en el cine de la vida y guerras de Alejandro Magno a cargo de Oliver Stone. Para quienes alucinamos con la historia del legendario rey pudo haber sido el éxtasis. Lo que presenciamos al contrario es un caótico y aparatoso relato mas interesado en presentar con alarde los momentos tópicos de toda cinta épica (consabida solemnidad de por medio) y cuando decide alardear de original la cosa es peor aún: la reina madre una suerte de fantasía misógina (pero sin ingenio) y antológica más que todo por la desastrosa Angelina Jolie, pero la cereza en la torta es ese acercamiento al costado homosexual del héroe, mas cercano a las pláticas de ejecutivos yuppies que a los antiguos y sus costumbres bisexuales ya establecidas. Una lástima.
Quintaesencia del kitsch y la estética clipera es en resumidas cuentas esta adaptación del comic Hellblazer. Un video de Marylin Manson cruzado con Nine Inch Nails, un toque de video juego y algunas parrafadas sacadas de algún manual de tienda de productos satánicos. Toda esta tortilla no puede ser mas imposible. Para desconcertar mas aún están todos esos mensajes contra el tabaquismo ¿¿??
Fallido intento de cine romántico surrealista a cargo de la debutante nacional Sandra Wiese. Una película displicente y sosa a más no poder, que parece salido de algún folletín de Corín Tellado. Toda la historia es de por sí tan plana que difícilmente siquiera entretiene. Para aguantar solo una vez.
Opiniones, comentarios, réplicas, todos son bienvenidos.
Deja una respuesta