Jarhead
Dir: Sam Mendes | 123 min | EE.UU.
Intérpretes:
Jake Gyllenhaal (Tony «Swoff» Swofford)
Peter Sarsgaard (Allen Troy)
Lucas Black (Chris Kruger)
Jamie Foxx (Sargento Sykes)
Chris Cooper (Teniente coronel Kazinski)
Estreno en Perú: 19 de enero de 2006
Esta es la historia de Anthony Swofford, un joven americano de veinte años, que es captado como marine para servir en el conflicto en Kuwait y conformar las más de 500 mil tropas que estuvieron en la campaña denominada Tormenta del desierto.
Paradójicamente la más arraigada tradición del cine norteamericano representa uno de sus mayores conflictos. La guerra y sus secuelas. En cada película de guerra se expone la constitución de una sociedad enferma que exuda historias de violencia en cada casa, que se enorgullece pero también se avergüenza de ello.
En ese sentido, Jarhead no puede escapar de su propia tradición. Es más a cada instante las referencias a guerras pasadas son enunciadas. Casi poseídos, antes de partir a la guerra, los jóvenes marines observan y vitorean una de las escenas más intensas de Apocalypse Now (1979) o re-construyen el entrenamiento de Full Metal Jacket (1987) en los primeros veinte minutos del film.
Como dice el protagonista al inicio y final de la película: “Todas las guerras son iguales y distintas, pero las secuelas son las mismas”. El vacío, la desesperación, el trauma, el sonido de las balas, el calor, la frustración siempre quedan. La guerra divide tu vida, la señala y a pesar que intentes seguir, la guerra siempre estará ahí convirtiendo tu ventana en tu puesto de batalla.
Jarhead de Sam Mendes (American Beauty) es la historia de Anthony Swofford (Jake Gyllenhaal), joven americano de veinte años, que es captado como marine para servir en el conflicto en Kuwait y conformar las más de 500 mil tropas que estuvieron en la campaña denominada Tormenta del desierto.
Swofford, antes de la guerra, lee a Camus, tiene una familia disfuncional y una novia, digamos, que contrarresta toda esa disfuncionalidad. Los planos de su vida pasada son geniales. Casi como oraciones cortas separadas por puntos, donde vemos cada momento importante de su vida, a través de puertas que se abren y cierran.
La guerra distrae esta belleza y lo convierte todo en arena, ruido, violencia. Los ojos de Swofford pierden la avidez lectora y se convierten en la prolongación de su rifle. Francotirador en una guerra inteligente de gases y aviones, pareciera ser un guerrero medieval en medio de tanta tecnología.
Hasta ahí todo va bien en la película de Mendes. El problema surge cuando entramos a la carpa de la tropa de Swofford. Ahí están retratados los mismos prototipos de siempre. El sensible, el nerd, el latino, el maleante. Y uno ya sabe que esperar de cada uno de ellos, ningún giro narrativo. Todos aplicaditos en su papel hasta el cansancio.
A su favor la película puede decir que no es un pastiche propagandístico norteamericano. No se ven muchas banderas ni una posición pro guerra. En varios momentos de la cinta la crítica a la guerra es clara. Los soldados cuestionan su participación, se revelan a la pantomima que les sugiere su gobierno.
Jarhead también desmitifica la figura de la mujer en la guerra. Ya no existen Penélopes, parece ser la máxima. La mujer es el otro enemigo con el que luchan los marines, su presencia decepciona en medio del desierto.
Jarhead es un esfuerzo más por exorcizar un pasado cercano y otra mirada -diferente a la de CNN- de lo que pasó en la guerra del Golfo. Es quizá por eso que no empecé diciendo que era la perfecta película para ver en un viaje interprovincial. Diré a su favor que sería la primera opción a escoger, cuando llegas tarde a la película que querías ver.
Miguel Sánchez Flores
» Lee también la crítica de Jarhead escrita por Jorge Esponda
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