Ondskan
Dir. Mikael Håfström | 113 min. | Suecia
Intérpretes:
Andreas Wilson (Erik Ponti)
Henrik Lundström (Pierre Tanguy)
Gustaf Skarsgård (Otto Silverhielm)
Linda Zilliacus (Marja)
Jesper Salén (Dahlén)
Estreno en Perú: 12 de enero del 2006
Buena muestra del más reciente cine sueco la que vemos en esta oportunidad. Una suerte de reciclaje de películas de ambiente estudiantil como Dead Poets Society o School Ties pero adaptada de manera eficaz por el realizador Håfström. Aquí nos encontramos con una atractiva crónica social que va mas allá de la simple anécdota alrededor de Erik, un muchacho que tendrá que vérselas con la incomprensión y la dura experiencia del crecimiento.
Erik es un muchacho altruista y firme en sus convicciones y de una apenas disimulada tristeza a causa de su caracter. La Suecia monárquica y conservadora en la que vive es la de mediados de los años 50 y en ella sostener sus ideales será una tarea más que difícil. Desde su entorno familiar hasta el colegio le dirán que sus ideas librepensadoras están fuera de lugar en un mundo de élites y jerarquías. Y es así que se acostumbrará a meterse en problemas como también a resolverlos a punta de golpes. Es entonces que intentará darse una oportunidad para hacer que la corrección que le piden y sus propias intenciones caminen de la mano cuando lo envíen a una escuela privada, un aparente oasis alejado de los problemas del mundo.
Pero la apariencia no es tal y de ello se encarga el director Håfström con habilidad. Nos presenta este internado como el punto de arranque o la maqueta de una pirámide social segmentada en extremo, tanto que configura un mundo de amos y esclavos. Erik caerá en cuenta aquí de la esencia de su sociedad y de su tiempo que rápidamente intentará coparlo hasta absorber su personalidad. Pero él es un individualista insumiso, convicción que lo convertirá en un desclasado.
Håfström nos presenta desde el arranque una crónica eficiente y con amplia distancia de los modelos americanos. Aquí las burlas y los poderes de los alumnos de último año se convertirán en juegos de torturas y de presión en los mas salvajes términos. La típica historia de la formación estudiantil como primer punto de partida del conocimiento de los mecanismos sociales es tratado con una variación inteligente, sin traicionar tampoco su espíritu de narración que siempre tiene al espectador atento a la historia. Historia en la que Erik tiene que enfrentarse como si golpeara a un muro luego de tratar de razonar con él un buen rato.
El camino que Erik ha elegido es solitario y duro pero su férrea voluntad se muestra sin trucos ni falsedades y así llega hasta tener en muchos momentos un vuelo poético bastante interesante. Ajeno a los melodramas fáciles la historia (dicho sea de paso es también llamativa en términos de ambientación) atraviesa los clichés sin preocupación y los supera en aquellos momentos en los que los juegos de poderes y la crueldad se imponen sin más como castigos injustos.
Ondskan es una buena muestra de como con creatividad y sin demasiados alardes se logra ser efectivo con una historia que podemos haber visto muchas veces y aún se queda largamente en la memoria. Retrato de una época y una idiosincrasia, sin perder nunca de vista a su entrañable héroe, ajeno a tantos figurines de medio pelo que vemos en cines de acá y allá.
Jorge Esponda
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