Ice Age: The Meltdown
Dir: Carlos Saldanha | 85 min. | EE.UU.
Voces:
Ray Romano (Manny), John Leguizamo (Sid), Denis Leary (Diego), Queen Latifah (Ellie), Jay Leno (Fast Tony), Chris Wedge (Scrat), Seann William Scott (Crash).
Estreno en Perú: 30 de marzo del 2006
Los curiosos personajes prehistóricos de la aventura glacial del 2002 regresan en esta secuela bastante esperada dado el éxito que obtuvo la Fox con la que fuera su primera incursión en la animación virtual. Nuevamente Manny el mamut, Sid el perezoso y Diego dientes de sable aparecen como guías por aguas ya no tan congeladas como antes. Estamos ante la época de deshielo, cataclísmica transformación que se convierte en el motivo central de esta película.
Si se trata de lo explorado hasta ahora en este tipo de animación me quedo sin duda con Shrek y los trabajos de John Lasseter. Pero hay que decir que el abanico de posibilidades se ha abierto, ahora la competencia intenta no quedarse atrás y lo que podría ser interesante en el futuro es ver distintos tipos de expresiones de este arte por explorar que por el momento se mantiene (para los nuevos) con un solo modelo a seguir. Esta continuación de la historia de esta manada disímil trae solo como novedad mayor espectacularidad y cierto dinamismo que logra superar a la exploración inicial.
El show arranca como siempre con ese minúsculo y castigado roedor en pos de su único sueño. ¡Qué importa que comience a derretirse el mundo frío de toda la vida si se puede acariciar por un breve instante el botín deseado de toda la vida! A partir de acá la película instala ya su desfachatez como estilo. Lo que sigue es toda la gama de bromas que sin prejuicios mayores podremos disfrutar. El añadido de esta ocasión es cierta tensión creada a partir de la huída del diluvio (producto de un calentamiento global citado con sorna y tino) y todos los cambios y peligros que trae. Por algunos momentos la película acierta en modular la perenne chacota con esta línea fuerza.
Aunque no encontraremos tampoco demasiado o más de lo ya visto. Solo algunos personajes curiosos especialmente la mamut que se cree zarigüeya (para afán del solitario Manny). El viaje por momentos realmente divertido divaga entre todas sus bromas pero mantiene el interés de los más pequeños. No hay mayor intención que la de totalizar el entretenimiento convencional y eso termina, como la anterior, dejando el asunto en plano más bien regular. Las constantes apariciones de Scrat el ratón-ardilla en algún que otro momento llegan a cansar por lo reiterativos y previsibles. Como tampoco las resoluciones convencen y salen del paso para delatar aún mas su desgano.
Pero más allá de culpar a la cinta de mediana no podemos dejar de pensar en que una idea como esta puede resultar realmente en una película mucho más colorida (y no solo por el contexto) e imaginativa. Las virtudes y esfuerzos técnicos no siempre derivan en un producto redondo. Tal vez hubiera hecho falta algo más de malicia (elemento que parece que los realizadores niegan como posible en un niño), algo de verdadera vocación de narrador de aventuras colosales, de verdaderos sueños iniciales de esos que perduran toda la vida en el inconsciente que surgen de pronto y nos hacen ver que hay más allá en la vida que todas esas ceremonias y ritos de todos los días. El último de todos estos anómalos del mainstream es hasta ahora The Incredibles.
Jorge Esponda
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