V for Vendetta
Dir. James McTeigue | 132 min. | EE.UU. – Alemania
Intérpretes:
Natalie Portman (Evey)
Hugo Weaving (V/William Rockwood)
Stephen Fry (Deitrich)
John Hurt (Adam Sutler)
Stephen Rea (Finch)
Estreno en Perú: 6 de abril del 2006
En Inglaterra se ha impuesto finalmente un gobierno totalitario a pesar del maquillaje mediático. Un enmascarado personaje simplemente conocido como V irrumpe en la oscuridad del autoritarismo y tratará, irónicamente, de desenmascarar a este gobierno. En su camino, aparece una joven que sin proponérselo se convertirá en la última pieza para completar el plan.
Dentro de los últimos cómics que se han llevado a la pantalla, V de venganza es el más político de todos. Y, coincidencia o no, la alusión al gobierno de Bush es notoria. El gobierno dirigido por el canciller Sutler (magistralmente interpretado por John Hurt) repite una y otra vez el discurso político-religioso propio de cualquier dictador de pacotilla: intolerancia religiosa, terrorismo, homofobia, control de los medios de prensa, algo que venimos escuchando discreta pero consistentemente en el mandatario estadounidense.
El film navega impresionante y eficientemente entre la acción pura, explosiones, persecuciones, música clásica, pasando por el discurso político, la investigación policial, el espionaje, para terminar en la apoteosis de la revolución, una revolución pensante, despojada de la venda puesta por el autoritarismo y del cual la prensa es la fiel sirvienta (“Nosotros solo narramos las mentiras, crearlas es labor del gobierno”). En este transcurso, no podemos sino rendirnos ante la interpretación de la dupla Portman – Weaving, ella tímida e insegura en el inicio, pero determinante y entregada en el momento de la verdad. Weaving es la encarnación misma del héroe oscuro pero fiel a sus ideales hasta el final.
Y aunque no es la primera vez que se retratan revoluciones personales contra gobiernos totalitarios (El acorazado Potenkim, THX 1138 o 1984 son algunos ejemplos), la historia es por demás interesante, con el añadido de hacerla más accesible a un público mayoritario. Es que los hermanos Wachowsky son expertos en eso. Convertir la complejidad abrumadora de The Matrix en un producto de culto pero a la vez de consumo masivo no lo hace cualquiera (lástima por las miserables secuelas).
Finalmente nos preguntamos, ¿este tipo de películas, mezcla de entretenimiento y mensaje, tendrán cabida en la próxima entrega de los premios de la Academia? Pues visto los últimos resultados, lo dudamos mucho. Pero eso no es lo importante, V de venganza trasciende por sí misma, por aprovecharse de Hollywood para transmitir ideales que hasta hace poco solo llegaban a un privilegiado círculo de fans del cómic. Esto hará, al menos en mi caso, que el “5 de noviembre” se quede grabado en la memoria por mucho tiempo.
Johan Tábori
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