10º ElCine: Encuentro con Klaus Eder (pt. 2)

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Consejos para una buena crítica

Parafraseando al crítico y teórico André Bazin, el secretario de la FIPRESCI afirmó que aquel que escribe sobre cine debe amar el cine. Y debe considerar que el cine guarda y esconde bellezas y valores que hay que saber trasmitir a los lectores y potenciales espectadores. También, el crítico debe tener una posición humilde respecto a su trabajo. El mismo Bazin sostuvo que su labor estaba justificaba cuando un comentario suyo motivaba aunque sea a un lector a ver una película.

Klaus Eder pensaba hace unos años que el crítico debía verlo todo. Sin embargo, ahora se cuestiona esa posición. “¿Es necesario que lo vea todo? Creo que el crítico de cine debe entablar con cada película una relación personal e intima, por ello considero que no es posible que un crítico pueda escribir bien sobre todo”, anotó.

“Es como cuando un hombre ve una mujer: o se enamora de ella o lo deja indiferente. Si cuando ve una película el crítico percibe que ya la conoce o no hay nada nuevo, bello o valioso que le trasmita, entonces lo mejor es que se levante y se vaya porque cuando escriba sobre la misma, no será una buena crítica”, puntualizó.

A manera de recomendación, indicó que lo ideal es que los críticos no conozcan al director sobre cuya película van a escribir, aunque reconoció que ello es inevitable pues la mayoría conoce a varios realizadores. Dado que ambos bandos se encuentran en lados opuestos, consideró que debe haber una cierta distancia. Personalmente, él nunca escribiría sobre algo que ha hecho un amigo, porque tendría que decir la verdad y quizás la película no le guste.

Manifestó que no es bueno apegarse a una serie de normas para escribir sobre una película, pues estaríamos abordándola desde compartimentos. Lo correcto es que el crítico exponga con la mayor libertad de tal forma que pueda determinar de qué manera y por qué motivos la película lo ha impresionado.

Para Eder no puede considerarse crítica aquella que valora el grado de perfección que ha alcanzado una película en cualquiera de sus aspectos, como el desempeño de los actores, la música, la adaptación del guión o lo que fuese, en lugar del conjunto de elementos que la conforman.

Confesó que no podría redactar una buena crítica sobre una cinta que no le ha gustado, porque lo que escriba sobre ella no va a ser bueno ni valioso. Reconoció que los críticos sí pueden equivocarse porque sus opiniones son subjetivas. Contó que en los años 50 se opuso visceralmente, desde su posición izquierdista, a las películas que se hicieron en su país durante el periodo de posguerra. Le parecían muy complacientes, aburridas, retrógradas y pequeño burguesas. Sin embargo, hace dos años organizó una retrospectiva de cine alemán de los años 50 en el Lincoln Center porque al volver a ver esos filmes les descubrió valores que en su momento no percibió.

¿El crítico debe verlo todo? A manera de contrapunto, Isaac León intervino diciendo que aunque es casi imposible que un crítico pretenda apreciar todo el cine que hoy se produce, es recomendable que, en la medida de lo posible, lo intente, tanto en la pantalla grande, como en otros formatos. Si no corremos el riesgo de caer en generalizaciones y descartes injustos, en maniqueísmos entre los que objetan a rajatabla el cine de la gran industria y los que descartan la producción de otros lugares.

Dijo que esta actitud nos lleva a desconocer porciones importantes de un cine inquieto, curioso y creativo que, por ejemplo, se hace en la industria al interior del cine fantástico o de horror, donde de cuando en cuando se puede encontrar alguna joya entre muchísimas películas absolutamente prescindibles, como es el caso de Una historia violenta de Cronenberg.