La distribuidora local ABC Films merece todo el apoyo posible por haber traído al Perú Oldboy (Hipnosis mortal), una cinta indispensable del nuevo cine internacional, que medio mundo ha visto y disfrutado, y del que nosotros estábamos siendo relegados, hasta ahora. A continuación nos ofrecen una entrevista con el director Chan Wook-Park, donde explica entre otras cosas sus referentes al realizar este film, e incluso comenta sobre la famosa escena del pulpo.
¿Qué clase de respuestas entre el público quiso provocar con esta película?
Estoy más agradecido con aquellos que se ríen que con los que gritan. Me gusta cuando el humor emerge de situaciones que aparentan ser tristes o desagradables.
¿Cree que esta es una cinta que puede ser vista por cualquiera?
Yo apunto hacia un público muy amplio, pero los periodistas y la gente común y corriente suelen acercarse a mí y preguntarme eso, si creo que cualquiera puede apreciar y disfrutar la película. Personalmente, yo creo que sí, pero no puedo anticipar cómo reaccionarán todos los espectadores luego de ver Hipnosis mortal.
Una de las escenas más notables de la cinta es aquella en la que el ‘héroe’ Oh Dae-Su (Choi Min-Shik) se enfrenta a docenas de oponentes en un corredor armado únicamente con un martillo. ¿Fue muy difícil filmarla?
Hubo un período de más de tres meses de ensayos antes de empezar el rodaje de la película. Esa escena fue filmada en dos días, y tuvimos que hacer unas 17 tomas. La principal dificultad tuvo que ver con Choi, que debía pelear con toda esta gente; y conmigo, porque me dolía mucho verlo sufrir de esa manera. El peor momento fue cuando, pese a verlo completamente exhausto, tuve que pedirle que repitiera esa misma escena. Felizmente, él entendió que era algo necesario para terminar con el trabajo.
El diseño de la producción es impecable Por favor hábleme sobre el set del departamento futurista del villano, que se puede ver hacia el final de «Hipnosis mortal»
El villano, Lee Woo-Jin (Yu Ji-Tae), se considera a sí mismo un príncipe que está aprisionado en una torre. Él es increíblemente rico, así que vive en un lugar muy grande, que queda a gran altura. En una escena que cortamos de la película, Oh Dae-Su está en su celda viendo una película, La novia de Frankenstein (1935), que tiene una escena en la que el monstruo destruye todo hasta que una torre colapsa. Quise que existiera una analogía entre esa torre que colapsa y el lugar en el que se encierra Lee Woo-Jin. Quería darle a este espacio una sensación de vacío. Aunque es un lugar muy amplio, donde solo un rico podría vivir, quise que la gente pensara: «Es un espacio que solo una persona adinerada podría construir, pero a mí no me gustaría vivir ahí. Es muy seco y vacío».
Usted ha mencionado «La novia de Frankenstein», pero al ver «Hipnosis mortal» es inevitable pensar en las cintas de David Fincher, como «El club de la pelea», «El juego» y «La habitación del pánico»
No fue mi intención que existiera ese vínculo, pero mucha gente me lo ha dicho. Hay dos tipos de reporteros: los que me preguntan por Fincher y los que buscan relacionarme con David Lynch. No obstante, ninguno de ellos es mi favorito. Yo me quedo con David Cronenberg, especialmente con su película Dead Ringers (1988).
Una de las escenas más controvertidas de la película es aquella en la que el protagonista va a un bar de sushi y se come un enorme pulpo vivo. Tengo entendido que en la secuencia se usaron animales reales, y que Oh Dae-Su tuvo que consumir cinco pulpos. ¿Es esa una práctica normal en Corea?
Es bastante inusual consumir algo vivo, pero hay algunas personas que prefieren comer los pulpos así. Pero nunca comemos pulpos tan grandes.
¿Se sorprendió porque esa escena, precisamente, fue la que llamó más la atención del público en Europa y Estados Unidos?
Incluso el público en Corea se sorprendió por esa escena. Ya estaba preparado para las reacciones que encontré fuera de mi país.
En el festival de Cannes la película obtuvo el premio del jurado, que estuvo presidido por Quentin Tarantino. ¿Llegó a conversar con él?
Hablé con Tarantino por dos horas, y en ese lapso él dijo lo que a una persona normal le tomaría un día entero. Me dijo tantas cosas sobre la película que me costaría mucho recordarlas.
(Vía El Comercio)
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